Primera etapa del Camino de Santiago a Fisterra
(Finisterre). La etapa clásica arranca en la Plaza del Obradoiro de Santiago y termina en
Negreira y son poco más de 21 kms. Nosotros hemos salido un poco más atrás, en
el Monte de Gozo, a las 7:50 de la mañana y hemos llegado a Santiago sobre las
8:45. Tras una breve visita a la
Catedral , hemos emprendido el camino hacia los mares del fin
del mundo.
Hemos salido de Santiago sin sacar dinero. Tras
descartar varios cajeros automáticos –a la espera de que apareciera alguno de
Kutxabank- nos hemos encontrado en el robledal de San Lourenzo, desde el que
hemos comenzado a subir a Sarela de Abaixo, que ofrece una magnífica vista de
las torres de la catedral, internándonos en zonas profundamente rurales.
En una jornada de postal, con el cielo azul y
temperatura agradable, hemos atravesado las parroquias de Moas de Abaixo,
Carballal, Quintáns, Ventosa, Lonbao y Aguapesada, adonde hemos llegado sobre
las 11:00 y hemos parado a almorzar. Hasta aquí hemos disfrutado de un terreno
casi siempre a la sombra, proporcionada, entre otras especies, por eucaliptos,
que hemos ido respirando mientras subíamos y bajábamos en un continuo
rompepiernas, mientras recreábamos la vista con el campo santiagués y la arquitectura
popular típica de la Galicia
más rural: hórreos, cruceiros y casas de piedra muy bien cuidadas.
En Aguapesada se inicia una larga bajada, que es
la parte menos atractiva de la etapa, ya que discurre al borde de una carretera.
Eran ya las 11:30 y el sol empezaba a calentar de verdad, hasta que hemos
llegado a la subida al Castiñeiro do Lobo, larga y empinada, siempre a la
sombra y bajo el perfume de los eucaliptos,
hasta llegar al Alto de Mar de Ovellas, desde donde bajamos hasta Ponte
Maceira, un pueblecito precioso, con una joya: el puente gótico de tres arcos,
que data del siglo XVI. Tras atravesar el puente, Pili, que se quejaba de los
pies, ha bajado hasta la orilla del río, donde los ha puesto a remojo durante
diez minutos.
Eran las 13:00 horas y sólo nos quedaban unos
cuatro kilómetros para llegar a nuestro destino, tras una última subida, por
carretera y no tan bonita como las anteriores, que nos deja en Chancela de
Abaixo, donde nos hemos desviado a la izquierda para llegar a Logrosa, en cuyo
albergue-casa rural, hemos terminado la etapa de hoy a las 14:00 horas.
Allí nos esperaba Antonio, que nos ha
obsequiado con una fresquísima ensalada y una deliciosa empanada, que hemos
degustado a la sombra de un emparrado, en medio de de un prado salpicado de
árboles centenarios. Si venís por aquí, sería pecado no alojarse en este lugar:
Albergue de Logrosa.
Y aquí estamos, a la sombra, tras la ducha y la siesta, disfrutando del que
quizá, en lo atmosférico, haya sido el día más bonito de lo que va de año.
Nos espera una tranquila tarde de lectura,
cena, charla, más lectura quizá, hasta que a las doce de la noche y nos
sentemos en el salón a ver el Brasil-España.
Hoy hemos andado unos 26 kms. y Pili, que
estrenaba zapatillas, ha llegado con dos hermosas ampollas.
Mañana, hasta Olveiroa, nos esperan más de 33
kms.