Andorra: 5 días de postal

Pic de Casamanya: 2.738 metros

Y la Visa sin un rasguño. Desde el lunes a media mañana, estamos disfru-tando de unas vacaciones espectaculares en Andorra. Alojados en La Massana, apenas hemos bajado a Andorra la Vella, cuyo comercio se ha quedado huérfano de nuestras com-pras. Días soleados, sin agobios, cielos azules y noches fresquitas, en las que se agradece el edredón.

Y todos los días el mismo plan. Copioso desayuno y al coche para dirigirnos bien el col d'Ordino o a las estaciones de esquí de Arcalis, Pal o Arinsal, famosos por ser escenarios de grandes etapas del Tour o la Vuelta, o al Parque Natural de la Vall de Sorteny. Desde ahí, a subir a los distintos montes que circundan esos bellísimos parajes pirenaicos. A media tarde, vuelta a hotel y a seguir machacando en el magnífico gimnasio del Anyos Park. Mientras Pili le daba al spinning, yo me iba a devorar kilómetros en la cinta. Como os podíes imaginar, después de tanta actividad, llegábamos caninos a la cena, que hemos devorado los 5 días.

Comienzo de la subida

Por una vez, nada de lectura. La última novela del gran Mario Vargas Llosa: El héroe discre-to, sigue virgen en mi e.book.

Mañana volvemos a casa, después de haber aprove-chado a tope estos 5 días, haciendo algo tan sencillo -y tan barato- como es disfrutar de la naturaleza y con el cansancio derivado del esfuerzo físico.

Como decía Shakespeare: 'El cansancio ronca sobre los guijarros; en tanto que la pereza halla dura la almohada de pluma'.