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| Álvaro Calderón | 
Planchar
un huevo o freír una corbata. Es una expresión que utilizaba uno de los
profesores que me tocó cuando estudiaba Ciencias Económicas, para referirse a
la capacidad de adaptación en entornos convulsos, como situaciones de desempleo o
en el extremo contrario, falta de personal cualificado. 
Algo de
eso pasa en las competiciones de clubes de atletismo que no tienen un fondo de
armario suficiente para atender a todos los frentes de carreras, saltos y
lanza-mientos. Nos ocuparemos hoy de los chicos en el Campeonato de Euskadi
de Clubes de Primera División, dominado por los cinco gipuzkoanos, que
coparon los 5 primeros puestos con este resultado:
 
  
Club 
 | 
  
Puntos 
 | 
 
  
1 
 | 
  
Real
  Sociedad 
 | 
  
132,0 
 | 
 
  
2 
 | 
  
Super
  Amara B.A.T. 
 | 
  
117,0 
 | 
 
  
3 
 | 
  
Atlético
  San Sebastián 
 | 
  
114,0 
 | 
 
  
4 
 | 
  
Tolosa
  C.F. 
 | 
  
86,0 
 | 
 
  
5 
 | 
  
Txindoki 
 | 
  
74,5 
 | 
 
  
6 
 | 
  
Portugalete 
 | 
  
66,5 
 | 
 
  
7 
 | 
  
Santurtzi 
 | 
  
64,0 
 | 
 
  
8 
 | 
  
La
  Blanca 
 | 
  
55,0 
 | 
 
  | 
| Alexander Oyarbide. Al fondo, Roberto Monteiro | 
En las carreras
lisas no suele haber mayores problemas, aunque surge alguna sorpresa, como
encontrarse a Álvaro Calderón, un maratoniano que con 38 años se
estrena en la pista para bordar un 1.500 en 4:30.94, que le daban 2 puntos a su
club, el Txindoki.
El lío ya
empieza en los 3.000 obstáculos, prueba con muy pocos especialistas, en la que
compitieron desde jóvenes fondistas, como Alexander Oyarbide
(9:38.53) que le dio 7 puntos al Txindoki, hasta veteranos
mediofondistas, como Roberto Monteiro (10:06.85), que sumó 5 para el
Super Amara B.A.T. 
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Ima Gz. Gete, Gontzal Bilbao, Eneko Agirrezabal y 
El Hassan Oubaddi en su prueba: el 3.000 | 
Siguiendo con
el Txindoki y con las vallas, el mediofondista junior Adrián Pajares
tuvo que negociar las de los 400 y Eneko Barandiaran las más altas (1,067 m.) de
los 110 metros. Sus marcas son discretas, pero cada uno consiguió 3 puntos. Y
todos suman. 
La pértiga es
una disciplina para especialistas y no hay tantos, de manera que hay que tirar
de la despensa (huevos) o del armario (corbatas) hasta localizar un marchador
como el tolosarra Josu Gómez Eceiza, que es capaz de saltar 2,60 a la
tercera y 2,80 a la segunda para sumar 3 puntitos.
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| El podium por equipos | 
Los lanzadores
de peso son mayoría, frente a los de disco, martillo o jabalina. Por eso, en
este tipo de competiciones, cambian de artefacto. Por ejemplo –y seguimos con
el Txindoki, que tiene una buena escuela- Gari Garmendia lanzó
martillo, llevándose 5 puntos, y el veterano fondista Angel Pérez Gilete sumó un
puntito con el disco, mejorando además en cada uno de sus tres lanzamientos. 
La jabalina
convocó a veteranos especialistas alejados de las pistas, como Felipe Ugarte,
que le dio 7 puntos al Atlético San Sebastián, o Jon Aranburu
(Txindoki) a quien yo tenía por maratoniano y que consiguió nada menos
que 4 puntos.
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| Andu Martínez de Rituerto con sus tres hijas | 
Los
especialistas de combinadas son el paradigma de freir huevos, planchar corbatas, etc. Así podemos ver al veterano Andu Martínez de Rituerto lanzando
peso o a Asier San Sebastián lanzando jabalina.
Y qué decir de los equipos de relevos. El 4x100 se
apaña sin problemas. Ahora mismo, lo que más hay es velocistas; pero en el
4x400 ya empezamos a tenerlos. Por ejemplo, otra vez el Txindoki,
que de los 4 relevistas presentó dos fondistas: Alexander Oyarbide y Eneko
Agirrezabal, y un maratoniano: Álvaro Calderón, que ya venían calientes después
de haber competido en los 3.000 obstáculos, 3.000 y 1.500 metros, respectivamente.
¿Y la marcha? Frente a reputados especialistas, el mítico 'Karratu', alma mater del Txindoki, viniendo del fondo, a sus 50 años, le dio 4 puntitos a su club.
Y así, puntito a puntito o 'golpe a golpe y verso a verso' -que diría Antonio Machado- se van sumando los puntos, haciendo de un deporte tan individual un gran trabajo de equipo.