viernes, 10 de mayo de 2013

Internet: ¿oportunidad o amenaza?


Rotary San SebastiánEl miércoles, a la tarde-noche, asistí a la cena-coloquio organizada por el Rotary Club de Donostia, cuyo protagonista fue el periodista Gorka Landaburu y que contó con la asistencia de medio centenar de personas, entre las que reconocí a políticos locales, periodistas, docentes, profesionales de distintas ramas, personas del mundo del espectáculo, el Ararteko e incluso algún colega ya jubilado.

Tras una breve presentación del ponente, Gorka Landaburu se proclamó vasco, español y francés, apelando a los más de 30 años que vivió en Francia, donde nació en 1951. Al hablar de seguido, se le nota un cierto acento francés, que también se aprecia en su entonación y en su discurso, muy en la linea de la 'liberté, egalité, fraternité'. Durante poco más de veinte minutos habló de prensa y democracia, salpicando su intervención con numerosas anécdotas y vivencias. Se confesó más partidario del debate que del discurso y, rápidamente, dio paso a un animado coloquio plural, libre, tolerante y respetuoso, en el que no se obvió ningún tema.

Hablando de temas, si uno destacó sobre todos fue la incidencia que internet está teniendo en el mercado y en la 'industria' de la prensa escrita, de la literatura, del cine, de la música, etc. y en la cultura de 'gratis total'. En el caso concreto de la prensa, resulta evidente que la información, que era su producto estrella, no puede competir con otros canales más directos. Está atravesando una profunda crisis, en la que también está comprometiendo su credibilidad. Solo tendrán futuro aquellos medios que sean capaces de atinar con un modelo de negocio que sea capaz de ofrecer al mercado contenidos que añadan valor y por los que el 'cliente' esté dispuesto a pagar.

Otro de los temas calientes fue el papel de una juventud -que para muchos de los asistentes, cuya media de edad superaba ampliamente los cincuenta años (y que añoraba movimientos como los de mayo del 68, en París)- se dibujaba como sumisa y poco comprometida. Gorka Landaburu, que dio sobradas muestras de una actitud positiva, aún en las circunstancias más adversas, defendió a esa juventud y se mostró convencido de que tiene valores y que tiene intereses, no necesariamente coincidentes con los de nuestra generación; y que será capaz de comprometerse con sus valores y con sus intereses cuando sea necesario.

Las más de tres horas que duró el acto se me pasaron volando, gracias a la altura del debate y gracias, sobre todo, a la amenidad y la desbordante personalidad de Gorka Landaburu, un gran conversador, un plaza gizon; y uno de esos optimistas compulsivos de los que estamos tan necesitados en estos momentos. Decía Churchill que: 'Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.'

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