Hoy es el turno de nuestro atleta destacado de la temporada 2011-2012. Tiene 47 años y como para muchos de nosotros su primer deporte fue el fútbol.
Con 18 años, se fue a estudiar COU a los EE EE. Allí no se jugaba al fútbol y en los fríos inviernos de Wisconsin, a 20º bajo cero, no había deporte al aire libre, así que el plan B fue apuntarse al equipo de natación, hasta que llegara la primavera. Entonces, se apuntó al equipo de atletismo. Probó los saltos, la velocidad, las vallas, el medio fondo... El entrenador no sabía que hacer con él, pero le dio una última oportunidad: completar el relevo 4x400. Juntó a todos los que no tenían sitio en el equipo y les dijo: 'tenéis que dar una vuelta a la pista detrás de este atleta'. Fue el único que lo consiguió y así se ganó su plaza en el relevo, bien que a cambio de aprender lo que es una pájara. A partir de ahí, con trabajo y esfuerzo, llegó a ser el segundo hombre en el 400.
De vuelta a Donosti, no sabía qué hacer si seguir en el atletismo o volver al
fútbol. Fue un día a Anoeta, preguntó por un entrenador de 400 y se encontró nada más y nada menos que con Ignacio
Altuna, quien le dijo: 'date unas vueltas con estos dos y luego habla-mos'. Esos dos eran Iñigo Arzak (que todavía conser-va el record de Gipuzkoa de 1.500 metros con 3':45") y Álvaro Arrieta. Aguantó como un jabato, convenció al gurú y empezó a entrenar ese
mismo día. El grupo era estupendo y había un montón de atletas de gran calidad. Nada que ver con el actual panorama de las pistas de Anoeta. Le hicieron ficha con la Real Sociedad y enseguida se vio compitiendo en pista cubierta y al aire libre. Hacía 200 y 400 metros. Fueron tres años estupendos. El segundo año, en el campeonato de España absoluto, solo el poténtisimo relevo del Larios, con atletas internacionales, pudo con el 4x400 de la Real Sociedad, en el que estaba Javier Foncea.
Fue a estudiar a Barcelona y aunque seguía en la Real, entrenaba con un grupo del Barça, con el que no consiguió repetir sus marcas anteriores.
Al volver a casa, tres años después, los grupos de atletas habían cambiado. Los entrenadores se habían especializado. Sus amigos entrenaban con Felix Larrea y hacían vallas. Se fue con ellos y entrenó 400 vallas aunque también corría lisos. Estuvo otros 4 años. Su última carrera fue un relevo 4x400 estatal absoluto. Esta vez terceros.
Se casó y dejó de correr porque sí, sin ninguna razón. No hizo nada de deporte en 7 años. En 2005, con la llegada del mundial de veteranos de San Sebastián, se juntaron cuatro amigos y empezaron a entrenar otra vez. Sus hijas iban creciendo, ya eran un poco más autónomas y podía sacar algo de tiempo para entrenar.
Al principio fue un desastre, una lesión detrás de otra; algo nuevo para él, que no se había lesionado nunca.
Pero, como siempre, con constancia, disciplina y esfuerzo, se ha consolidado en le élite europea de los 400 metros vallas y el verano pasado, con 46 años, en la frontera entre Alemania, Polonia y la República Checa, consiguió la medalla de plata, con 1’:00”:20, a 96 centésimas del ganador y 1”:54 por delante de la medalla de bronce.
Es mejor persona que atleta -si cabe- y un acreditado profesional en todo lo que tiene que ver con el cuidado de los pies. Os lo recomiendo.
http://www.javierfoncea.com/
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