Cada año por estas fechas, los dirigentes mundiales desfilan por la tribuna de las ONU, sueltan un discurso absolutamente previsible y aburrido -como los de Rajoy- se sacan una foto con Obama -si pueden- o con algún colega exótico -Rajoy se ha retratado con el presidente de Irán- y vuelven a casa.
Solo en contadas ocasiones aparece un tipo como José Mujica, el presidente de Uruguay, a quien sus conciudadanos conocen como Pepe y considerado como el presidente más pobre del mundo. Un hombre de 78 años, que dona el 90% de su sueldo para caridad y que por todo patrimonio declara una modesta granja en el campo -en la que sigue viviendo- dos viejos Volkswagen escarabajo y tres tractores.
Y que suelta prendas como éstas, que conmueven los cimientos del edificio encajado entra la Primera avenida y el East River de New York.
'Nuestro mundo necesita menos organismo mundiales, que sirven más a las cadenas hoteleras, y más humanidad y ciencia'.
'Así como vamos no es posible colmar ese sentido de despilfarro que tenemos'.
'Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor. Pero tal vez hoy la primera tarea sea salvar la vida'.
'Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales y ocupamos el templo con el Dios mercado. Nos organiza y hasta nos financia cuotas de felicidad. Parece que hemos nacido solo para consumir y consumir'.
'El mundo pide a gritos reglas globales que respeten los logros de la ciencia, porque no es la ciencia la que gobierna el mundo. Sería imperioso lograr consensos planetarios para lograr solidaridad para los más oprimidos. Movilizar a las grandes economías para crear bienes útiles sin frivolidades para levantar a los más pobres del mundo'.
Frases muy parecidas viene pronunciando Jorge Mario Bergoglio, un hombre de su misma edad y casi vecino, aunque con una trayectoria personal muy distante, hasta el punto de que José Mujica -que se declara no creyente- no asistió a la toma de posesión del Papa Francisco.
En todo caso, siempre interesantes las reflexiones de José Mujica, un hombre que, aunque procede de la izquierda más radical proclama que 'es necesario seguir reglas claras, que no son de izquierda o de derecha'. Y que, por ejemplo, en materia de drogas, propuso legalizar y regular la venta de marihuana; algo que, personalmente, aplaudo.
Un tipo interesante este Pepe.
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