Quienes siguen este blog desde al principio saben que, antes, hablaba menos de atletismo y carreras populares y tocaba otros temas: cine, literatura, sociedad, calidad, historia...
Sucede que los posts relacionados con el atletismo y especialmente con las carreras populares empezaron a recibir muchas visitas y el alcance de este blog empezó a crecer y expandirse. Y así seguimos.
Hoy vamos a hacer un paréntesis para hablar de cine, algo que me encanta, especialmente en la versión clásica, de toda la vida: una pantalla grande, una sala oscura, una música envolvente y dos horas concentrado en una historia visual.
Por circunstancias familiares en las que no viene al caso profundizar, mi mujer y yo nos encontramos con que tenemos 'casi' la obligación de salir a la calle los domingos a la tarde. ¿Y qué mejor plan que ir al cine?
Empezamos el 4 de febrero, cuando vimos Tres anuncios en las afueras, un peliculón en el que destaca, por encima de todas sus virtudes, que son muchas, la extraordinaria interpretación de Frances McDormand. Es una historia dura, ambientada en la América profunda, que da alguna pista de por qué un personaje como Donald Trump puede ser el presidente del país más poderoso del planeta.
Siete días más tarde, queríamos ver Los archivos del Pentágono, pero la hora se nos hacía tarde y fuimos a ver Handia, que me dejó muy mal cuerpo. Admito que es una película bien hecha, con una fotografía muy cuidada, una excelente recreación de la época y unas buenas interpretaciones. Vale. Hasta ahí. Salí del cine con cierta desazón y creo, de haber estado en casa, hubiera apagado la tele.
El pasado domingo vimos La forma del agua, un cuento maravillosamente contado por Guillermo del Toro. Confieso que no soy muy de cuentos y también que éste me enganchó desde la primera secuencia.
¿Qué peli me recomendáis para el próximo domingo?
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