Despúes de la Subida a San Marcial y de la Subida a Igeldo del sábado, de las que hemos hablado en los dos post anteriores, seguimos hablando de subidas, de carreras en cuesta.
Esta mañana se ha celebrado la XLII Subida a Irimo, monte al que alguien bautizó como el Kilimanjaro de Urretxu. Al igual que el Kilimanjaro, su silueta es inconfundible, se alza vigilante sobre el pueblo, surte de agua a la gente que vive en sus faldas y ha sido testigo de múltiples acontecimientos.
La carrera se anuncia sobre la distancia de 4 kilómetros. Me dicen que no llega. Se trata de subir por una pista forestal con pendientes durísimas y bajar al punto de partida. He visto un vídeo, con muchos corredores que subían andando, y doy fe de la dureza de la prueba.
Había premios de 120 €, 80 €, 50 €, 30 € y 20 € para las 5 primeras y los 5 primeros clasificados... y la inscripción es gratuita.
Se han clasificado 23 corredores (19 hombres + 4 mujeres). El año pasado fueron 15 en en 2022, 27.
Ha ganado Ekain Larrea (21 años), un atleta de enorme calidad, que compite poco y que se desenvuelve bien en cualquier superficie, desde la pista, donde tiene marcas como 3:54.71 en 1.500 metros y 8:13.70 en 3.000 metros, el cross (en la foto), el asfalto (30:51 en 10 K) a la montaña.
Segundo ha sido su compañero de equipo Beñat Ibañez y tercero Aitor Zunzunegi.
Aintzane Olaizola ha sido la primera de las cuatro mujeres clasificadas, por delante de Alazne Irureta y Elena Beristain, que no se pierde una carrera.
Así ha quedado la clasificación:
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