Cristina se ajusta la camiseta de un compañero |
Dentro de poco más de una hora (a las 16:00), en
Doha, tras la puesta de sol (allí serán las 18:00), se disputará el Campeonato Mundial de 100 kms. en ruta, en un circuito de 5 kms., con 19 metros de desnivel y con distintos tipos de pavimento, al que los participantes tendrán que dar 20 vueltas.
Se esperan temperaturas de entre 21º y 23º y la humedad puede llegar al 70%.
Para nosotros la noticia es que compite
Asier Cuevas, vigente campeón de Europa y uno de los más cualificados aspirantes a medalla entre los 200 atletas participantes de 39 países. Le acompañan
José Antonio Requejo, Miguel Ángel Jiménez, Ludisvindo Romero y
Cristina González.
Y es de Cristina precisamente de quien os quiero hablar. Me enteraba ayer en Facebook que se prohíbe a las mujeres competir con braga y top
‘…por respeto a su cultura y a las mujeres de la misma…’. El diario ABC se hace eco de la noticia, que podéis consultar
aquí.
Como diría aquel:
‘Para mear y no echar gota’. Más aún después de que la víspera la IAAF acordara conceder a Qatar la organización del Campeonato del Mundo de Atletismo de 2019.
Terminando los 100 ks. de Santander 2014 |
No sé lo que haría yo de estar en el lugar de Cristina. Quizá, como ella, cogería hilo, aguja y dedal y me pondría a coser una camisera de chico para ajustarla
a mi magro cuerpo. No la voy a juzgar.
Ahora bien, creo que la IAAF, plegándose a este disparate, estaría cruzando una línea roja que como atletas y como ciudadanos nunca deberíamos atravesar.
Si en Qatar -un país de sólo 11.000 km2 y con una población de apenas dos millones de habitantes- no quieren ver competir a las mujeres con la vestimenta aprobada por la
IAAF y amplísimamente implantada entre ellas, lo tienen muy fácil: con no solicitar la organización de campeonatos como estos, problema resuelto.
Lo que para mí es inadmisible es que impongan a las mujeres una prohibición incompatible con el reglamento de la IAAF y con la voluntad de las atletas.
Lo que para mí es inadmisible es que impongan a las mujeres una prohibición incompatible con el reglamento de la IAAF y con la voluntad de las atletas.
Ahora mismo, a la espera de saber cómo termina esta historia, estoy indignado.
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