La regla del 2,25

Txema Vadillo

En atletas contrastados y en condiciones estables hay una regla que permite relacionar el tiempo de la B/SS con el que se podría hacer en el maratón, incluso con un cierto margen o colchón. Se trata de multiplicar por 2,25 el tiempo de la B/SS.

La equivalencia más aceptada es la de 1h:20’:00” en la B/SS = 3h:00’:00” en el maratón; resultado de multiplicar 80 minutos x 2,25 = 180 minutos.

En el post de hoy me ocuparé de algunos atletas que salieron a bajar de 3 horas, teniendo argumentos para ello, y que no lo consiguieron. Son los 8 que veis en el siguiente cuadro, que recoge el nombre del atleta, su tiempo de la B/SS, la proyección de ese tiempo multiplicada por 2,25, el paso por la primera media maratón (tiempo neto), el tiempo empleado en la segunda media maratón, el porcentaje de pérdida y el tiempo final que en todos los casos, salvo en uno, es peor que el teórico.

Entre los ocho he incluido a dos Donostiarrak expertos cuyos tiempos de la B/SS no daban para bajar de 3 horas: Txema Vadillo y José Ramón Lasarte.

Arkaitz Ruiz de Loizaga

Arkaitz Ruiz de Loizaga tiene 1h:10’:00” en la B/SS de 2008. Yo he cogido el tiempo de 2010. Según ese tiempo, su paso por la media maratón se puede calificar de prudente, pero se pegó un batacazo terrible.

También podemos calificar de prudente el paso por la media de Gorka Busto, que vale sin duda menos de 3 horas. Quizá gracias a esa prudencia sólo perdió un 1,97% en la segunda mitad y se quedó muy cerca del objetivo.

Txema Vadillo y José Ramón Lasarte arriesgaron al paso por la media. El primero mantuvo el tipo, con una pérdida mínima y terminando por debajo del tiempo teórico. El segundo pinchó pero no demasiado y tirando de veteranía acabó en una marca muy próxima a la de referencia.

Asier Garitaonandia

Gorka Urtaza, que también vale menos de 3 horas, fue bien hasta la media, incluso con cierto margen, pero no pudo aguantar la segunda mitad al mismo ritmo.

Jaime Real y Asier Garitaonandia son compañeros de entrenamiento, tienen marcas muy parecidas y vidas paralelas durante las poco más de 3 horas que estuvieron corriendo el maratón. Por sus tiempos en la B/SS, tenían argumentos suficientes para bajar no ya de tres, sino de 2h:55’. Asier ya hizo 2h:56':31" el año pasado. Su planteamiento de carrera hasta la media era perfecto, dentro del objetivo, pero se cayeron en la segunda mitad. El maratón es cruel.

Como lo fue con Aitor Salvador, cuyo debut en la distancia me recordó al mío en 1990. Nuestro tiempo de partida en la B/SS era casi idéntico (el mío 1h:16’:04”), mi paso por la media fue pelín más rápido (1h:24’:45”) y la petada que pegamos en la segunda mitad igualmente épica, hasta el punto de que yo terminé en 3h:04’:57”.

No sé si la culpa es de la humedad o es el tributo que se cobra el maratón a través del muro, ese monstruo invisible que hace que las piernas no obedezcan al cerebro.  

Para tranquilizaros os diré que mi segunda experiencia, en 1992 –al año siguiente no tenía ánimos para repetir- terminó en 2h:41’:59”.

¡Ánimo, chavales! Vosotros podéis.