Por la época en la que se desarrolla la trama de
La isla mínima, yo era árbitro de fútbol. Recuerdo un partido, en un pueblo de Aragón. El público estaba muy enfadado con mi trabajo y la bronca del descanso hacía temer por nuestra seguridad y la del equipo visitante. Sin que yo le llamara, el sargento
de la Guardia Civil -que debía velar por el mantenimiento del orden, seriamente amenazado por la actitud de algunos
hoolingans made in spain- entró a mi vestuario y me dijo algo así como:
‘Tenga en cuenta que después del partido, usted se va y yo me quedo; así que usted verá lo que hace en el segundo tiempo’.
Algo parecido sucede en esta película cuando la Guardia Civil declina su responsabilidad de comunicar a los padres la muerte de las dos chicas brutalmente
asesinadas, dejando que sean los policías venidos de Madrid quienes lo hagan.
Bajo el manto de una música inquietante y de una fotografía que combina planos exquisitos de luz y de color, con otros crudos, de sombras y oscuridad, nos
vamos adentrando en un entramado, magníficamente reconstruido, que a quienes la vivimos nos recuerda cómo era aquella España heredera del franquismo.
Dos policías, uno de oscuro pasado, magníficamente in-terpretado por Javier Gutié-rrez, y otro joven y con otras ideas (Raúl Arévalo), deben resolver una serie
de crí-menes, pasando de puntillas por un ambiente agobiante donde se adivinan la co-rrupción, el caciquismo, el servilismo, los favores debi-dos, las cuentas pendientes, el morbo, el machismo y el tratamiento de la mujer como objeto.
Es una película excelente, dura, a la que quizá le falta algo de metraje, culpa probablemente del magro presupuesto con el que se tuvo que rodar.
Y más allá de la trama policiaca, uno entiende porqué el PSOE lleva más de 30 años gobernando en Andalucía o porqué se siguen perdiendo sumarios como el de
Bárcenas.
¿Nada que ver con la España de hoy?
Peliculón, perfectamente ambientado.
ResponderEliminarhttp://www.huffingtonpost.es/laura-freixas/que-es-una-pelicula-machista_b_6833124.html?utm_hp_ref=spain
ResponderEliminarEntiendo y comparto ese punto de vista.
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