Han pasado 8 años desde la primera B/SS de Iñigo Y han cambiado los roles. ¡Y de qué manera! |
Atendiendo el pronóstico meteorológico, que prometía un día soleado, ayer cambié los entrenamientos 'palan-gana' madrugadores por una sesión al sol de Anoeta, con toda la pista para mi hijo Iñigo y para mí.
Eran las 13:00 cuando sali-mos de casa y las 13:15 cuando llegamos a Anoeta, dispuestos a encarar los 2x5x3', a 4:25/km. recupe-rando al trote hasta bajar la frecuencia cardíaca a 156.
El calor invitaba a quitarse la camiseta y el fuerte viento del sur me lo tapaba Iñigo, que se puso a tirar a 4:20/km. de manera que nos salían 700 metros cada 3 minutos. Hasta la quinta repetición trotábamos 200 metros, pero sin bajar a 156 p.m.
Así lucía el sol en Anoeta |
Después de la quinta, la recuperación era más larga: 500 metros y vuelta a la carga, recuperando ahora 300 metros al trote, sin conseguir bajar de 160 p.m.
Al final, objetivo cumplido y vuelta a casa. Los 15 minutos de la ida se convirtieron en 18 a la vuelta, bajo un sol de justicia y un termómetro que marcaba 26º delante de casa. Más de 15 kms. sin parar en 78'.
Menos mal que también ayer disfruté de una buena liebre, porque no estoy seguro que fuera buena idea cambiar el frío (el viernes salí a las 6:48, con 6º y nada de viento) por el calor y el viento Sur de ayer. Pero era tan tentador...
Hoy vuelvo a los madrugones solitarios y el fresquito. En un par de minutos.
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