¡Qué peligro tienen los gin tonics! Y menos mal que mis compromisos familiares me han privado del placer de catarlos y del riesgo de sus consecuencias. Pero vamos a empezar por el principio.
A las 14:00 horas, en el restaurante Anastasio de la calle Easo estábamos 17 hambrientos comensales a la espera de los 5 que faltaban para completar la convocatoria de 22 que -según Iulen Ibañez- se habían apuntado a la comida de corredores populares lentos y rápidos, paketes y menos paketes, en la que se admitían acompañantes aunque no corran. A las 14:10 ha llegado Ibai Beracierto con su pareja. ¡Quién lo diría! de Ibai, tan puntual siempre en las salidas de todas las carreras.
Elena Santervas, Álvaro Calderón, Mitxel Cuadrado e Iban Verdugo |
Ya éramos 19 y sólo faltaba Karen Ortiz de Guinea. Menos mal que Iulen Ibañez es de ciencias e ingeniero, porque 19+1=20, no 22. Bueno, Igual Iker Jiménez nos lo puede explicar. Tras esperar, en vano, diez minutos más, ha arrancado la comida, sin Karen, que sigue conservando la camiseta de Javier Delgado, a quien, a los postres, hemos cantado el Zorionak zuri por aquello de su 40 cumpleaños, acaecido el pasado viernes. Y Álvaro Calderón ha recibido de manos de Mitxel Cuadrado un montaje fotográfico que realza su magnifica planta.
La comida, muy animada, ha discurrido por la senda del buen rollo, las bromas, las risas, los susedidos y alguna batalla de abuelo Cebolleta que han tenido que soportar los más próximos a mí. Es lo que tiene ser el más viejo. También alguna noticia digna de la prensa del corazón, que no divulgaré en este post para no privar de la exclusiva a Ibai Beracierto.
A las 17:30 hemos salido del restaurante. Javier Delgado y Alejandra Arribas han sido los primeros en irse, luego yo, y los demás a darle al gin tonic.
Por las fotos que me han llegado, con el morro caliente, han surgido las apuestas. La primera es la que encabeza este post. La segunda la que veis a la derecha.
¿Ha habido más? Apuesto que sí. ¿Y qué se apuestan?
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