Acaba de ganar su séptima medalla de oro olímpica y ya nadie duda de que ganará dos más en Río, encadenando tres JJ OO consecutivos imbatido en 100, 200 y 4x100 metros. Algo que nadie ha conseguido antes. Estamos, posiblemente, ante el mayor talento atlético de la historia.
Y sin embargo -que diría Sabina- ya no es noticia que Usain Bolt gane, ni cómo gane. La noticia sería que batiera alguno de sus records mundiales, algo que a sus 29 años parece poco posible. ¿Quizá en los 200 metros?
La noticia es el circo mediático que se monta a su alrededor: sus gestos, sus guiños a la cámara, su interacción con el público -dentro y fuera del estadio- y su imán ante una cámaras que le idolatran.
Tras verle en semifinales, todos esperábamos algo más y a todos nos ha asomado la duda y la inquietud cuando hemos visto que más allá de la primera mitad de la recta estaba por detrás de Justin Gatlin, el malo de la película -¿también el feo?- que ha corrido muy bien la final. Les han separado ocho centésimas (9.81 por 9.89), pero ha parecido más ¿verdad? Las cámaras, sin duda, seducidas por Bolt.
Seis de los ocho finalistas han bajado de 10", pero nadie se acordará de ellos. Tal vez del joven y menudo medallista de bronce, Andre de Grasse (21 años), que ha hecho su MMP (9.91) si confirma la progresión que se le adivina.
Ha dicho Bolt que serán sus últimos JJ OO. ¿Sobrevivirá el atletismo a su ausencia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario