Iker Oliveri, excepción a la regla |
La Talaia Bidea celebrada el pasado domingo, entre Donostia y Hondarribia, sobre 30,8 km, nos va a servir de base para hacer un análisis, bien que superficial, del fenómeno de las carreras de montaña, del que apenas nos ocupamos en este blog.
Con un límite de inscripción fijado en 500 atletas, 435 llegaron a la meta. No terminaron la prueba 20, entre ellos el joven especialista Jaime Real. Y 45 no se presentaron en la salida.
Y he elegido a Jaime, porque nos da el perfil que, en mi opinión, mejor encaja con el atleta que compite en este tipo de carreras: hombre joven. La mujer tiene una escasa presencia y los veteranos son menos de los que vemos en las carreras populares. Una aclaración: en la Talaia Bidea consideran veteranos a los mayores de 45 años, que no llegan al 25%. Lo vemos en el gráfico de abajo.
Alazne Mujika |
Ganó un veterano M45: Iker Oliveri y para buscar al segundo, nada menos que Imanol Oiarbide (55 años), tenemos que irnos al puesto 17º. Entre los 50 primeros, hay 9 veteranos M45; y entre los 100 primeros hay 19. Las misma proporción, por debajo de 20%
Las chicas, encabezadas una vez más por Uxoa Irigoien, sólo fueron 31, muy repartidas entre senior (15) y veteranas (16), entre las que Alazne Mujika, que le pega a todo, fue segunda. En este caso, consideran veteranas a las mayores de 40 años
Las mujeres, que ya han superado el 25% en las carreras sobre asfalto, están lejos del 10% en las carreras de montaña.
Muchos jóvenes, como Iñigo Gurrutxaga (64º) se han decantado por estas carreras y jóvenes veteranos, como Ignacio León (93º), los hermanos González Ayerbe (Iñigo e Iker), Lander Fraile; y veteranos como Markos Bujanda o Iñaki Monedero ya se han enganchado.
Como los incondicionales de esta fórmula y los que se van sumando, atraídos por una experiencia más lúdica, más atractiva, por aquello del contacto con la naturaleza y el paisaje; y menos sometida a la exigencia implacable del cronómetro.
Yo probé hace dos o tres años en la carrera de San Marcos, de sólo 13 km, y bastante light para lo que se estila en esta modalidad. Lo pasé muy mal en las bajadas y decidí que no quería correr riesgos.
Definitivamente, prefiero pelearme con el cronómetro, antes que con las piedras y el barro.
Aciertas de pleno.para mi el atractivo esta en no pelearse con el crono.con acabar para muchos es suficiente.un saludo
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