El día del padre de 2017 lo celebramos la víspera, el 18 de marzo, por un par de motivos que no viene al caso comentar. Bueno, uno de ellos sí. Mis hijos, que son muy listos, saben que tienen un padre... y una madre y pensaron en regalos para dar satisfacción a una y al otro.
Uno de esos regalos se tenía que materializar el mismo 18 de marzo y eran dos entradas para el espectáculo La Crazy Class, cuya última función en el teatro Principal de Donostia fue ese mismo día.
Allá fuimos mi mujer y yo, que disfrutamos de un espectáculo magnífico y altamente recomendable. Una experiencia y una emoción muy superiores a la que hubiera experimentado con un regalo material. Aquí os dejo el enlace de la compañía l'Om Imprebís, por si tenéis oportunidad de verles en cualquier escenario.
La segunda experiencia, el segundo regalo, lo disfrutamos ayer en Pamplona, en el restaurante el mercáo, previo paso por El Corte Inglés. Y es que uno es de pueblo y El Corte Inglés abierto en un día de fiesta es una tentación. Almorzamos en la octava planta, con vistas a La Ciudadela, y fuimos bajando planta a planta, pasando revista a muebles, telas, artículos para el hogar, deportes, calzado, ropa, etc. etc. etc. La tarjeta de crédito apenas sufrió par de rasguños. Usamos más los ojos que la cartera.
De allí nos fuimos andando hasta el mercáo. Como su nombre indica, está pegado al Mercado de Pamplona, que se puede ver desde un lateral, decorado con miles de botellas. La comida mereció la pena, la visita también y ¡qué decir de la compañía!
Eskerrik asko! a Maria y a Iñigo por tan magnificos regalos.
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