La catalogada como música latina me deja bastante frío, mas allá de lo pegadizo de sus ritmos y de lo monotemático y recurrente de sus letras.
Fue lo que pasó la primera vez escuché la canción de moda esta primavera-verano: Despacito, cantada por Luis Fonsi (que no me sonaba de nada) y vi el vídeo, en el que sale una morenaza de curvas más que sugerentes, con una estética que... en fin.
Ahí se quedó, hasta que en el Facebook de no recuerdo quién, vi y oí esta versión casi en acústico de dos tipos que tampoco me sonaban de nada: Maxi Espindola y Agustín Bernasconi. No sale ninguna mujer, ni se utiliza su cuerpo como reclamo. Sólo dos jóvenes, dos voces, una guitarra y una escenificación tan sencilla como calculada hasta el más mínimo detalle, que a mi modo de ver sugiere mucho más que las imágenes explícitas del original.
¿Qué os parece?
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