Foto Mirror |
Ganó el malo, el proscrito, el dopado, el que nadie quería que ganara, estropeando la fiesta de despedida de Usain Bolt, el atleta mas mediático de todos los tiempos.
La amenaza era el joven Christian Coleman, que tenía la mejor marca del año y que había batido al jamaicano en las semifinales. Es curioso que esa semifinal la hayan corrido en 9.97 y 9.98, aparentemente relajados, y que en la final hayan hecho 9.94 y 9.95, llegando muy muy crispados.
Cuando todos estábamos pendientes de la lucha entre el bueno (Bolt, alto y guapo) y el feo (Coleman, bajito y tocho), por su derecha se les ha adelantado el malo, Justin Gatlin (9.92), abucheado por el público cada vez que ha saltado a la pista).
Cuarto ha sido el jamaicano Johan Blake (9.99), en la final más pobre y decepcionante de la velocidad de las últimas décadas.
Foto El Comercio |
Como soy de los que cree en el perdón y en que todos merecemos una segunda oportunidad, todo mi respeto para Justin Gatlin, un atleta de 35 años, campeón olímpico en Atenas 2004 y campeón mundial en Helsinki 2005, siempre a la sombra de Bolt, salvo los cuatro años que pasó, también a la sombra, sancionado por doping.
Por cierto, chapeau para Usain Bolt por su saber perder, por su elegancia, y por ese abrazo que le ha dado a su gran enemigo mientras era abucheado por el público, a quien ha mandado callar.
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