lunes, 30 de noviembre de 2020
Loba negra
domingo, 29 de noviembre de 2020
Hoy era el día
viernes, 27 de noviembre de 2020
10 K Alcobendas
jueves, 26 de noviembre de 2020
Gambito de dama
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Reina roja
domingo, 22 de noviembre de 2020
Berta Isla
26/12/2017 es la fecha que aparece en el ticket del fnac de Donostia. La novela la compró mi hija (20,80€) y después de leerla se la pasó a mi mujer. Llevaba más de dos años en una estantería, hasta que el pasado viernes 13, al ver que mi e-book se había quedado sin batería, le di una oportunidad.
Berta Isla (bonito nombre) es una historia de amor, de misterio, de peligros evidentes y soterrados, de engaños sucesivos y prolongados, de silencios eternos, de una época, que abarca desde la transición en España hasta el final de la guerra fría.
Berta Isla son dos historias paralelas de dos personas que se aman, se necesitan, se complementan y, sin embargo, viven separadas, casi ajenas la una de la otra, 'esa clase de personas que no se ven protagonistas ni de su propia historia, sacudida por otros desde el principio; que descubren a mitad de camino que, por únicas que todas sean, la suya no merecerá ser contada por nadie, o será sólo objeto de referencias al contarse la de otra, más azarosa y llamativa, y sobre todo más elegida.'
En una novela densa (543 páginas), de digestión lenta, en la que el cómo se cuenta es tan importante o más que el qué, con reflexiones sobre el amor, el miedo, la vida, la familia, el trabajo y el rol que cada uno juega o le dejan jugar en el mundo.
Tomando una frase que se retuerce a lo largo de los diez capítulos: 'Y si se da, no se habrá dado, porque de hecho no se dará aunque se dé.'
sábado, 21 de noviembre de 2020
Fariña
Empecé a verla el pasado miércoles en mi sesión diaria de bici estática y me ha acompañado durante diez capítulos, casi diez horas, en las que he recorrido 309 kilómetros.
Con un ritmo trepidante, Fariña nos introduce en el mundo del contrabando de tabaco y en el narcotráfico en las costas gallegas en los años 80 y 90 del siglo pasado. Basada en hechos y personajes reales, repasa la trayectoria de los principales capos de la droga, su imbricación en la sociedad civil, sus conexiones policías, políticos, jueces... su aceptación social, su caída en desgracia...
La banda sonora es magnífica, hasta el punto de que, cuando sonaba alguno de sus temas, me ponía a pedalear como llevado por el diablo. Aquí tenéis un ejemplo.
Tan adictiva como la coca.
Siguiendo varias recomendaciones, hoy he empezado con Gambito de dama. Ya os contaré.
jueves, 19 de noviembre de 2020
Aquel maratón de 1987
miércoles, 18 de noviembre de 2020
Miedo
lunes, 16 de noviembre de 2020
El falso amigo
Como de costumbre, se levantó muy temprano, antes de que sonara el despertador. Había dormido solo y mal, también como de costumbre, después de pasar la tarde del domingo en casa de Julia, ver una película y echar un polvo poco más que profiláctico, pero necesario para Miguel que, a sus setenta años, seguía conservando la pulsión sexual que siempre le había atormentado y reconfortado, casi en la misma medida. Su cuerpo estaba con Julia, pero su mente se perdía en la embriagadora sonrisa de Goretti y en su fascinante cuerpo de 26 años, imaginándola desnuda y a su merced.
Leyó un rato, hasta que le entró el sueño, que apenas le acompañó unas pocas horas. Cuando miró el reloj del móvil, que estaba en silencio sobre la mesilla, marcaba las 2:34. Volvió a coger el libro, pero no conseguía concentrarse en la lectura, de modo que hizo un nuevo intento, que se saldó con el mismo resultado.
Fue a la cocina, de preparó un café, comió un par de galletas, se puso el culotte y el maillot y se subió a la bici estática, poniendo una toalla debajo. Conectó los auriculares al equipo de música y dejó que Spotify eligiera por él. En una hora rodó 35 kilómetros a un ritmo constante, sin levantar el culo del sillín.
Acabó empapado, se rehidrató con una Coca Cola, se duchó, se afeitó y se preparó un buen desayuno: bocadillo de jamón, zumo de naranja, un plátano, dos tostadas con mantequilla y mermelada y un tazón de Cola Cao.
A las 7:30 salió a la calle, bien provisto de su mascarilla. Aunque lloviznaba, bajó andando hasta la ONG de la que le acababan de nombrar presidente. Los numerosos contactos y relaciones labrados en su etapa laboral le habían abierto muchas puertas para tener una jubilación activa, sin apenas relevancia social, pero con mucha influencia en ámbitos sanitarios, económicos y deportivos.
Seguía siendo un tipo ingenioso, gran conversador, con un talento muy superior a la media, y contaba con muchos amigos, o más bien palmeros, que le seguían riendo las gracias, le acompañaban en sus actividades sociales y deportivas y se sometían con gusto al trato displicente que les dispensaba.
A las ocho había quedado con uno de ellos, con el que había compartido militancia política en los años de la transición, ahora exitoso empresario, al que iba a tentar con una colaboración que podría resultar beneficiosa para la ONG y, ya de paso, también para él. Aunque habían coincidido con frecuencia en distintos actos sociales relacionados con la actividad de la ONG y en alguna excursión cicloturista, antes del confinamiento, llevaban años sin tener una conversación seria y, revisando los últimos e.mails que se habían cruzado, intuía que la reunión podría escapar de su control.
A pesar de la lluvia, esperó en la calle para recibir a Patxi, que llegó puntual, a las 7:59 y rechazó el saludo con el codo que le ofreció Miguel.
'Déjate de chorradas y vamos p'adentro que nos estamos mojando'
domingo, 15 de noviembre de 2020
Bataplán 8.0 Volveremos
sábado, 14 de noviembre de 2020
Cobarde y delator
Tu luz se apagará algún día
También la mía
Y la de todos
Mientras
Vives en la vulgaridad, en la opacidad
En la sombra, en la nocturnidad
Y en la alevosía
Has vendido tu vida
Y te han pagado con una existencia desahuciada
Sin proyectos, más allá de seguir respirando el aire viciado que te rodea, con un aura fétida
Sin importar con quién estés, estás siempre solo
¿O sola?
A solas con tu egoísmo y con la subsistencia mezquina y usurera que has elegido
O que otros han elegido para ti
Los enemigos anónimos que estás engendrando
Ya están formando un pasillo para ver desfilar tu cadáver
Vil, quejumbroso, pusilánime, infecto y abatido
Cobarde y delator
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (Cesare Pavese)
viernes, 13 de noviembre de 2020
Borgen
jueves, 12 de noviembre de 2020
Basapiztien 12 probak. Urria
La prueba de octubre de Basapiztiak tuvo como escenario las laderas del monte Ulia. Un recorrido de 4,39 km con una cota mínima de 93 metros y una máxima de 201, con salida y llegada en el mismo punto.
Tercero fue Ander Goenaga, segundo en la clasificación general, que lidera Iñigo Beldarrain. Tercero se pone Iñigo Gurruchaga.
Yo no participé esta vez y esta fue la clasificación de los chicos:
En cuanto a las chicas, Ane Fernández fue la ganadora y lidera la clasificación general, en la que le siguen Amaia Zumalde y Iera Iruretagoiena.
miércoles, 11 de noviembre de 2020
Misa de 12
Desde que vio que algunos políticos de referencia asistían regularmente a misa -y hasta alardeaban de ello- retomó la vieja costumbre y si el domingo estaba en el pueblo, por no tener ningún acto oficial en su agenda, asistía a la que cuando era un niño se conocía como la Misa Mayor.
Lo de la pandemia, con el confinamiento decretado por el Gobierno de España el 14 de marzo, trajo en cadena el cierre de las iglesias. Cuando volvieron a abrir, con el aforo a un porcentaje más que suficiente para satisfacer las necesidades espirituales de los parroquianos, dejaron pasar el primer domingo y volvieron al siguiente
Así pues, volvió a la misa de 12 de los domingos, con el complemento de la mascarilla, imprescindible en cualquier aparición pública, fotografía, reunión, visita o entrevista en la que estuviera presente.
Eran las once y media de una mañana soleada de otoño y se había terminado de vestir la ropa que su mujer le había dejado encima de la cama: traje azul marino, camisa blanca, corbata azul muy oscura, casi negra y una mascarilla, también negra, con una discreta inscripción a favor del euskera, en letras blancas, verdes y rojas. Le extrañó lo del traje, porque los domingos se vestía con prendas menos formales, pero no dijo nada. Aunque era persona con mucho poder, sabía dónde ejercerlo y dónde actuar con la sumisión que se le supone al marido y al yerno ideal que era para todas las mujeres de su entorno y también para sus votantes.
Llegaron a la iglesia a las 11:55. Como de costumbre, tomaron asiento en el cuarto bando a la derecha, rezaron, cantaron, comulgaron y participaron en la liturgia como buenos católicos.
A la salida, el momento más embarazoso, compartieron alguna breve charla con familiares y vecinos, mientras los escoltas, discretamente, observaban a unos metros de distancia.
Cuando ya estaban abandonando el recinto, se le acercó Miren, amiga de su madre y como de la familia; una viuda de más de ochenta años, con una envidiable vitalidad y mucho peso en el pueblo, de cuya corporación municipal formó parte hasta que fue sustituida en las listas por su hijo, un médico del hospital comarcal más próximo, con el que había ido a la ikastola.
Miren vivía en la vieja casa familiar, próxima a las pistas de atletismo y el polideportivo, ubicados en la orilla del río, un lugar ideal para correr y hacer deporte. No era la primera vez que le venía con el tema y hasta había escrito dos cartas al director en el periódico, reclamando que quienes salían a correr lo hicieran con mascarilla, como el resto de la población. Hablando de mascarillas, la que Miren lucía ese soleado domingo de otoño se la había hecho su modista y hacía juego con la blusa de Liberty que llevaba bajo el abrigo.
En cuanto los perdieron de vista, con ese gesto entre amable y severo, con esa mueca a medio camino entre la sonrisa y la recriminación, con ese tono entre severo y sugerente, su mujer le dijo: 'algo tendrás que hacer con eso'.