Ayer a la tarde, fui con mi mujer a ver 8 apellidos vascos, en un cine abarrotado y entregado de antemano. Antes de ir, había revisado los 16 apellidos que conozco, de los que 15 son inequívocamente vascos. El segundo, sin embargo, es Carrillo. Se lo debo a mi difunto abuelo Ga-briel, un baserritarra de Irún, que terminó mudándose a Errenteria y que tenía dificultades para expresarse en cas-tellano. Solía adjudicar ese apellido a algún 'carabinero', que hubiera venido sabe Dios de dónde, para vigilar la frontera. Todo un personaje mi aitona, merecedor de más de un post.
En una hipotética enésima secuela de esta peli, alguien justificará el apellido Quirós diciendo que era un sevillano que apareció por Argoitia (el pueblo de ficción que sirve de escenario) y se llevó al huerto a la fiera Amaia.
Esta peli, que está arrasando en taquilla, con más de 10 millones de euros recaudados, bebe de la inspiración de los guionistas de 'Vaya semanita', capaces de salvar una historia disparatada y cargada de topicazos, en base a unos diálogos brillantes y unos actores en estado de gracia, como la protagonista, Clara Lago (Amaia), que borda su papel. O secundarios como el cura.
Escuché el viernes en la radio al crítico cinematográfico Carlos Boyero que era una película 'visible' y 'audible', supongo que por no calificarla con adjetivos más contundentes. No pasará a engrosar ninguna antología, pero es un soplo de aire fresco y una demostración de la capacidad de reírnos de nosotros mismos. Sólo por eso, a todos los que todavía no la hayáis visto, os la recomiendo.
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