Es la pregunta que le hace su socio indio al personaje interpretado por Judi Dench, una ¿vuida? camino de los 80 años, que dice necesitar tiempo para considerar la posibilidad de formar pareja con el personaje al que da vida Bill Nighy, algo más joven y a punto de divorciarse de una mujer a la que no soporta.
Los dos, Judi y Bill, junto con varios huéspedes británicos de la tercera edad, viven en el exótico hotel Marigold, en Jaipur, que planea su expansión, inspirada por una anciana residente (Maggie Smith) en la antesala de la muerte y un dinámico joven indio, que está a punto de casarse.
A medida que avanza la película, uno va reconociendo a los personajes de la primera entrega, simpatizando con sus debilidades, y alimentando cierta complicidad con sus planes.
Porque sí; las personas mayores también tienen planes, no sólo los jóvenes emprendedores como Sonny (Dev Patel). El problema es que tienen poco tiempo, de ahí la pregunta a Judi Dench para que tome una decisión.
Así transcurre El nuevo exótico hotel Marigold, que nos muestra como se concretan los planes personales (su boda) y profesionales (su nuevo hotel) de Sonny y cómo consumen, mejor, disfrutan de su tiempo sus ancianos huéspedes, capaces todavía de amar, emprender nuevas actividades y soñar con un futuro mejor pensando que importa más dar vida al tiempo que tiempo a la vida.
Puede que no sea una gran película, pero disfruté mucho más que con la truculenta Nighcrawler, que acabo de ver. Puesto a elegir en qué empleo mi tiempo, me quedo con El nuevo exótico hotel Marigold.
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