La B/SS vista por un atleta tan grande como su modestia

Desde el viernes me he cruzado varios mails con un reconocido atleta que por su modestia prefiere conservar el anonimato. Tampoco quie-re que dé pistas de dónde vio toda la carrera. Y cuando digo toda, quiero decir TO-DA, desde el primero hasta el último de los 28.407 atletas clasificados en la B/SS del pasado domingo.

Me decía el viernes que la carrera ha perdido parte de su encanto desde que se hacen diferentes salidas, que se van sucediendo desde las 10:00 que arrancan los primeros, hasta que salen los últimos, más allá de las 11:30. Él la ha corrido varias veces y tiene el recuerdo de la última. Mientras estaba calentando, iban llegando más atletas y muchos más faltaban por llegar. Le quedó la impresión de que más que una carrera, ese día se juntaban miles de personas para correr diferentes carreras.

Carles Castillejo

Puede ser la lectura lógica de alguien que por su calidad se ha ganado el derecho a salir desde un sitio privilegiado, y que corre sin obstáculos des-de el primer metro. También la de un espectador cuali-ficado y auténticamente inte-resado, que asiste al paso de miles de atletas durante más de tres horas y que agrade-cería estar menos tiempo de pie. Y ya os he dicho que se queda hasta que ve pasar al último, que, por cierto, corre con una enorme presión, con el coche escoba a un metro y detrás un autobús y un montón de coches.

El tema se complica en días como el del domingo. Nosotros salimos a las 11:15. No éramos de los últimos y gozamos del calor del público, que me pareció menos numeroso que otras veces al paso por Gaintxurizketa. Y es que el sol pegaba sin piedad, sin una triste sombra en la que cobijarse. Menos mal que en el resto del recorrido y muy especialmente al paso por Renteria, Pasaia, Herrera, Alto de Miracruz y hasta meta, disfrutamos del habitual pasillo humano que por culpa del calor no nos pudo llevar tan en volandas como otros años.

Yo, que he sufrido en mis carnes las caóticas salidas de los años 90, incluso con riesgo físico de caídas, gol-pes, pisotones, etc., defiendo el modelo de salidas esca-lonadas. Además, me consta que la Organización de la B/SS lo tiene muy estudiado y calculado, de manera que el flujo de atletas mantenga una cadencia gestionable, sobre todo en los avitua-llamientos y en la llegaba. La cuenta es muy sencilla. Si dividimos los 28.407 atletas clasificados entre los 180 minutos en los que la meta está ‘abierta’, nos sale que de media entran 158 atletas por minuto, cifra que se multiplica en las horas centrales, entre las 12:00 y las 13:00.

¿Alguien se imagina los puestos de avituallamiento asaltados en algunos momentos por 200 ó 300 atletas al minuto? Pues eso pasó el domingo ¿Qué pasaría si fueran 500?

A mí me gusta que salga mucha gente en la B/SS. Me gusta ver Donostia y su entorno urbano abarrotado de visitantes como los que vienen a correr la B/SS y sus acompañantes. Me gusta correr la B/SS y lo haré mientras el cuerpo aguante. Y cuando no pueda correr, me gustará estar -no sé muy bien dónde- animando a todos, del primero al último, como hace ese atleta, tan grande como su modestia.