En los tiempos que corren, organizar una carrera popular es una tarea sumamente compleja, que requiere organización, planificación, conseguir los permisos de Ayuntamientos y otras Instituciones, búsqueda de recursos materiales, esponsorización y financiación, reclutar voluntarios, atraer a los corredores y, en el caso de circuitos homologados que, además, son el escenario de campeonatos oficiales, atender los requerimientos de las correspondientes Federaciones.
El pasado domingo el Beste Iruña Atletismo Taldea, club fundado en 1982, organizaba la XXXIX edición de la Media Maratón de Pamplona, que sería, este año, Campeonato Navarro de la distancia. A la vez, organizaba una carrera de 5 K, por un circuito homologado, que también sería Campeonato Navarro.
A partir de aquí, le doy voz a Sagrario Izquierdo, alma mater y entrenadora de ese club y una de las mejores atleta navarras de todos los tiempos. Tiene 55 años y en los años 90 del siglo pasado fue la referencia del medio fondo y del fondo femenino en Navarra. Acredita marcas como 2:14.22 (800 m), 4:29.22 (1.500 m), 9:45.32 (3.000 m) y 17:04.83 (5.000 m).
Los tres son tres atletas del Hiru Herri: David Pérez Filgueira, Roberto Carlos Trejo y Mikel Acarreta. Me consta que los dos primeros, que eran claros favoritos, llegaron a la meta en el estadio de Larrabide por delante de todos los demás atletas; y Mikel llegó cuarto. En la foto David y Roberto Carlos claramente destacados.
Con esas descalificaciones, el ganador fue Pedro Ruiz, atleta del Beste Iruña, club organizador, lo que da más valor a lo manifestado por Sagrario Izquierdo y habla de su fair play.
Un fair play, una ecuanimidad y un sentido de la 'medida' del que, a mi modo de ver, carece el citado juez árbitro y quienes sostienen decisiones como esa. A cambio de su minuto de gloria consiguió el disgusto y la decepción de los organizadores y la rabia de los tres atletas perjudicados.
Durante 13 años (1973-1986) fui árbitro de fútbol y tomé muchas decisiones cada partido. Quiero pensar que la mayoría fueron acertadas, recuerdo alguna en la que me equivoqué; y bien que lo siento. Lo que tuve siempre claro -y creo que fui fiel a ese principio- es que una cosa es la norma literal y otra su interpretación y su aplicación a cada caso y a cada circunstancia; esa 'medida' que citaba más arriba.
Estoy en el mundillo del atletismo desde hace 33 años y siempre me ha llamado la atención el poder que tienen los jueces. Y poder (potestas) no siempre es sinónimo de autoridad (auctoritas).
- Potestas: poder capaz de imponer decisiones mediante la coacción y la fuerza.
- Auctoritas: poder moral, basado en el reconocimiento o prestigio de una persona.
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