Zorte on, Xabi

‘Yo no quería ser futbolista, yo quería jugar en La Real’ Escuché ayer en la radio que Xabi Prieto dijo algo así al anunciar que cuelga las botas y que esta será su última temporada como jugador en activo. 

Conozco a Xabi desde que tenía 8 ó 9 años. Cogía el mismo autobús en la misma parada que mis hijos para ir al Lizeo Santo Tomás. Todas las tardes, si no llovía como este año, yo recogía a mis hijos y les llevaba a jugar y a merendar a La Concha. Recuerdo a Xabi con el bocadillo en la mano y el balón en los pies, dedicando mucha más atención a las evoluciones de la pelota que a la nutrición, para desesperación de su madre, que contaba los mordiscos por unidades y los toques al balón por centenares.

He seguido a distancia su trayectoria como futbolista profesional y no seré quien la juzgue. También a distancia, he seguido su evolución personal, de la que me quedo con algunos detalles. Por ejemplo, tiene plaza en el mismo garaje que yo y siempre ha conducido coches normales. El miércoles a la tarde, sin ir más lejos, le vi salir con un Golf. He coincido con él paseando a sus hijos, jugando con ellos en la playa o haciendo la compra en Super Amara, como cualquier ciudadano normal. Somos de distintas generaciones y tenemos horarios diferentes, por lo que hemos tenido pocas oportunidades de conversar. Sin embargo, siempre nos hemos saludado y yo me he sentido respetado, de la misma manera que yo he respetado su privacidad y nunca le he pedido ni una camiseta, ni un autógrafo, ni nada parecido. Cuando mi hijo quiso tener una camiseta de la Real con el número 10 y el nombre de Xabi Prieto, fui a la tienda y la compré. 

Apostaría a que por su calidad y hasta por su personalidad ha tenido ofertas importantes para salir de la Real a otros equipos. Desconozco el detalle de esas ofertas y de las negociaciones que han derivado de ellas; y me quedo con el dato de que siempre ha elegido a la Real Sociedad, de la que ha sido su jugador franquicia porque representa ese carácter gipuzkoano discreto, trabajador, fiel y, en su caso, elegante.

La Real Sociedad, más que un gran jugador, que también, pierde un modelo de comportamiento, un referente, una forma de entender el fenómeno del fútbol tan alejada de la que proyectan los medios, y una imagen de normalidad por la que, a mi modo de ver, le tenemos que estar agradecidos.

Zorte on, Xabi!!!!