Si Mirón viviera
hoy, apuesto a que, en vez de su archiconocido discóbolo, hubiera esculpido un
lanzador de jabalina, por ejemplo el alemán Thomas Röhler, que mide 195 cm y pesa 86, con un cuerpo tan
definido que podría servir como modelo en un tratado de anatomía. El campeón
olímpico, que en septiembre cumplirá 27 años, ganó el concurso con un mejor
lanzamiento de 89.47 en su tercer intento, tras un nulo en el primero y liderar
la prueba desde el segundo con 88.02. En el cuarto se fue a 87.58, pasó en el
quinto y en el sexto se despidió con 87.90. Con tres de sus cuatro lanzamientos
hubiera ganado la medalla de oro. Su compatriota Andreas Hofmann, de la misma estatura, la misma quinta (1991) y
mucho más musculado (108 kilos) fue segundo con 87.60.
Siguiendo con
cuerpos esculturales, la griega Nikoléta
Kiriakopoúlou bien podría pasar por una practicante de crossfit. Esta atleta, ya veterana (1986) y no demasiado alta para
la especialidad (167 cm) fue segunda en el salto con pértiga, superando el
listón a 4.80 metros. Ganó –cómo no- su compatriota Ekateríni Stefanídi, que ya tenía la triple corona europea (2016),
olímpica (2016) y mundial (2017), saltando 4.85, que es record de los
campeonatos. Tal es su seguridad que comenzó el concurso en 4.65, cuando solo
le quedaban cinco rivales. Pasó del 4.70 y superó a la primera 4.75 y 4.80. Ya
con el oro en el cuello, superó 4.85 a la tercera y no pudo con 4.96, que hubiera
mejorado su marca personal (4.91).
En su tercera
carrera en tres días, Karsten Warholm
ganó su primera medalla de oro europea en categoría absoluta, en su prueba, los
400 metros vallas, haciendo marca personal (47.64) y record de Europa sub 23.
Este atleta, al que descubrí el año pasado, cuando ganó el Mundial de la IAAF
en Londres, en uno de mis favoritos, por la frescura que transmite y el descaro
con el que compite. Esta noche correrá la final de 400 metros y me encantaría
que la pudiera ganar. El navarro Sergio
Fernández volvió a competir magníficamente y fue séptimo, bajando de 49
segundos (48.98).
Ya decía ayer que
veía muy difícil que Bruno Hortelano,
el paradigma de atleta mediático, pudiera repetir la medalla de oro de
Amsterdam 2016. Incluso una medalla de otro metal la veía complicada. El
campeón olímpico, Ramil Guliyev,
corrió otra carrera, ganando con 19.76, record de los campeonatos y marca
personal. Y en los últimos metros, Hortelano
se vio superado por el británico Mitchell-Blake,
que tiene 19.95, y el suizo Alex Wilson,
al que vi muy fuerte en la semifinal y que hizo marca personal (20.04). La
aplastante lógica del cronómetro se impuso a los cuentos de hadas con los que
nos habían hecho soñar los medios. Bruno
Hortelano compitió bien porque se quedó a una centésima de su marca
(20.04). Tal vez fue demasiado ambicioso, por tratar de seguir la estela de Guliyev y lo pago al final. ¡Quién
sabe! Lo que bien sabe este atleta es cuidar su marca personal y su relato. Criado en los Estados Unidos,
tierra del stotytelling, sigue
vendiendo magníficamente la suya. Es, sin duda, un gran atleta y sobre todo, un
genio del marketing.
Menos marketing
pero muchos huevos le echó Fernando Carro, que compitió
magníficamente en los 3.000 obstáculos. La medalla de oro estaba adjudicada
desde la salida al francés Mekhissi
y la de plata tenía que ser para él, que partía con la segunda mejor marca del
ranking europeo del año. Cumplió con creces. En las antípodas de la imagen
políticamente correcta de Hortelano,
tiene un punto canalla, que confieso
que me pone más que el discurso de
aquel. Yo, me subo al carro.
En la última final
del día, los 100 metros vallas femeninos, la jovencísima bielorrusa Elvira Herman (12.67) se impuso a las alemanas Pamela Dutkiewicz (12.72) y Cindy
Rodeler (12.77).
Los y las alemanas,
a quienes se resiste el oro, suman ya siete medallas (2+4+1), por detrás de
Polonia (3+2+0) y por delante de Gran Bretana (2+2+1), Grecia (2+1+0) y Francia
(2+0+0). En el medallero, por delante de España (0+1+1), aparecen Turkía,
Ukrania, Israel, Lituania, Noruega, y Portugal. Que cada uno saque sus
conclusiones.
Vi por la mañana
las series de 800 metros, en las que los tres atletas españoles se metieron en
semifinales. También aquí nos quieren vender la moto, pero las medallas van a
estar muy muy caras. Ahí están el campeón mundial Bosse, los polacos Kszczot
y Borkowski, el bosnio Tuka, tres británicos… Y unas
semifinales, esta tarde a las 19:32, que serán a cara de perro. Mucho tendrán
que correr Saúl Ordónez, Álvaro de Arriba y Daniel Andújar para meterse en la final. De las medallas, hablamos
después.
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