En
el post de ayer: Mikel Rodríguez, 2:25:40 en Maratón con casi 45 años, presentábamos a
este tardío atleta andoinarra, antes de correr en Valencia. Hoy nos va a contar cómo fueron los preliminares, el desarrollo de la carrera, que nos cuenta al detalle, y los momentos que siguieron a su llegada a la meta. Seguimos con su
relato:
Valencia estaba cogiendo mucha fama
en cuanto a conseguir marcas, por su clima, su trazado y, sobre todo, la posibilidad
de ir en grupo a ritmos altos. Tengo un sobrino que ha estado
viviendo 8 años allí, justo hasta este mes, y no hacía más que repetirme que
tenía que ir.
Con estos antecedentes, me apunté
allá por el mes de abril. Conmigo se apuntaron varios atletas de mi club, el
Tolosa. Con la Azkoitia-Azpeitia recién terminada, mi siguiente objetivo era el
Maratón de Valencia. Los años no perdonan y quería bajar ya mi marca del Berlin
2017: 2:28:22.
Hasta diciembre, quedaba mucho
tiempo. Para no abandonarme durante el verano y hacer una buena base de kilómetros,
decidí preparar el Maratón del Plazaola,
a ritmos un poco más lentos para no llegar pasado a Valencia. En verano, sacar
ritmos es muy duro y más este año, con el calor que ha hecho, pero lo preparé
bien y salió. En la salida, me encontré con los navarros Ion Sola (1:06:50 en la B/SS de este año) y David Palomo (2:27 en el Maratón de Valencia 2018). Gané la
carrera, con record de la prueba (2:26:30), aventajando en siete minutos a Ion Sola y en ocho minutos a David Palomo. En el podium me
comentaron que ellos iban al Maratón de Valencia y que ese era su objetivo.
Después del Plazaola, bajé el pistón
y me empezaron a entrar las dudas: ¿sería capaz de bajar la marca de Berlin? Esas dudas desaparecieron el domingo 3
de noviembre, una semana antes de la Behobia.
Conocí a Iraitz Arrospide en el Maratón de Berlin. Fuimos los dos primeros españoles y los dos hicimos marca personal: 2:18:09 él y 2:28:22 yo. ¡Menudo abrazo nos dimos en la meta! Abrazo que repetimos al terminar el Maratón de Valencia. Aquel primer abrazo fue el germen de una buena amistad.
Conocí a Iraitz Arrospide en el Maratón de Berlin. Fuimos los dos primeros españoles y los dos hicimos marca personal: 2:18:09 él y 2:28:22 yo. ¡Menudo abrazo nos dimos en la meta! Abrazo que repetimos al terminar el Maratón de Valencia. Aquel primer abrazo fue el germen de una buena amistad.
Por whatsapp, me dijo que venía a
disputar la B/SS y que estaría por aquí una semana. Ya sabéis que él vive y
trabaja en Sheffield (Reino Unido). Le contesté que a mí me tocaba tirada larga
de 30 km y que mi intención era ir a ritmo de 3:33-3:35/km. A él le gustó el
plan y me dijo que le venía perfecto. Quedamos en Tolosa, calentamos 5 km e
hicimos 30 km a 3:32/km. Él siguió 5 km más.
Este entrenamiento me dio muchísima
moral. Entrenando, habíamos corrido 30 km casi al mismo ritmo que en el Maratón
de Berlin. Yo estaba pletórico y el domingo siguiente hice 1:06:15 en la B/SS,
mi mejor marca de siempre y de largo. Ni me lo creía. Llegaba la gran cita y
estaba en mi mejor momento.
Pero la Behobia castiga muscularmente. Las dos siguientes semanas fueron malísimas;
pensé hasta que me había hecho una rotura de fibras; pero me autoconvencí de
que el trabajo ya estaba hecho y, sea como fuere, me presentaría en
Valencia.
Al final, todos los miembros del Tolosa
que íbamos a ir a Valencia se fueron cayendo por el camino: lesión, lesión y
lesión; así es que iba solo, a casa de mi sobrino.
En éstas que mi buen amigo Javi Soto, me llama y me dice que me
lleva él, que vamos a casa de unos amigos suyos y que no hay discusión posible.
Era lo hablado hace un año y no quería perderse ese momento por nada del mundo.
Salimos el viernes, después de comer
y de dejar a mis hijos en el colegio. Durante
el viaje no hacía más que repetirme que, con la marca que había hecho en la Behobia,
tenía que hacer 2h25/26, que fuera valiente. Yo tenía muchas dudas, pero él estaba
tan entusiasmado que no le podía contradecir. Llegamos a Torrent, un pueblo a
15 km de Valencia, y allí nos esperaban Carles y Lola para cenar, con su
tortilla de patatas, un buen plato de jamón con pan tumaca y una ensalada gigante. Yo llevaba macarrones para cocer,
pero viendo esos manjares, decidí dar cuenta de ellos y dejar los macarrones
para el sábado. Jejejeje!!!!
Al día siguiente, fuimos a la
feria a recoger el dorsal. Se unieron a nosotros mi sobrino y un amigo suyo,
que ya tenían todo controlado para presentarse en muchos puntos del circuito
para animarme. Allí, en la feria, coincidí con Iñaki
Gerica; le pregunté que a cuanto iba, pensando que sería un estupendo
compañero de viaje, y me contestó que a 2h30, en el grupo de la primera chica
con sus liebres. Yo tenía que arriesgar un poco más.
Luego vi a Ion Sola. Me puse contento porque, con su tiempazo en la Behobia,
pensé que iría conmigo, pero, igual que Iñaki
Gerica iba a ir a 2h30; y si tenía piernas, morderle algo al final. Eso sí, me comento
que David Palomo iría a 2h26. Ya tenía alguien conocido con quién ir.
Después de coger el dorsal, nos
fuimos a comer. Yo les dije que compraba naranjas valencianas por internet.
Como Carles y Lola fueron unos magníficos anfitriones, me llevaron al terreno
de unos amigos a recoger yo mismo mis propias naranjas. Estuve toda la tarde
del sábado cogiendo naranjas, mientras pensaba: ¿no debería estar descansando? Resultó
ser una eficaz terapia para estar distraído y no pensar en la carrera.
Antes de irme a la cama, preparé mis Kalenji con capacidad para llevar 5 hydrogel (pesan muchísimo, pero bebo
fatal en carrera y estos no necesitan de agua), mi camiseta del Tolosa, pero no
la oficial sino la de homenaje a Ibon
Loitegui -¡Cómo me acordaba de ti en los kilómetros finales, amigo, y qué
fuerza me diste!- y mis nuevas zapatillas milagrosas, las NEXT que ahora llevan
todo el mundo… pero de eso ya hablaremos en otro artículo.
Por fin llegó el domingo. Me levante
como siempre, tres horas antes. A las 5:30 ya estaba desayunando lo de siempre:
una pieza de fruta y 3 tostadas con mermelada y mantequilla, el café me lo
tomaría cerca de la salida.
Carles (llevaba una dulzaina para
tocarla y animarme), Lola, Javi, mi sobrino Ángel, su amigo Vïctor e Iñaki (un
andoindarra que lleva 25 años en Valencia) estaban preparados al igual que yo.
Nunca había tenido tanta gente animándome. No les podía fallar y me metieron un
puntito más de presión.
Llegué a la salida, los nervios
afloraban y había muchísima gente. No encontraba ningún sitio para tomar mi
café y decidí suprimirlo.
Delante estaban los corredores con
dorsal amarillo élite. A mí, con mi 2h28, no me llegaba por poco y me tocaba
estar con los verdes, que eran hasta 2h38. Allí calenté con Iñaki Gerica, vimos a Gonzalo Fuentes metido en los élite con
Iraitz y hablamos de que Gonzalo me
había comentado que pasaría sobre 1:12 la Media. Eso era demasiado arriesgar para mí, teniendo
en cuenta que mi marca en media era de 1:11:40. Saludé a Ion Sola, a Josu Apraiz
y ya no hubo tiempo para más.
Pistoletazo de salida, mal colocado,
muy atrás, empiezo a correr y a coger mi ritmo. Llego hasta Ion Sola y pienso: 'voy muy atrás
todavía; éste va a 2h30'. Sigo pasando gente y me meto en un grupo. Para
mi sorpresa, allí está Gonzalo y le digo: 'creo que este no es mi grupo ¿no?' Se ríe y me dice que van a 1h12 clavaos.
Estoy con ellos hasta el km 4, pero aflojo un poco y me meto en el grupo que
viene justo detrás. Allí está David
Palomo. Él va a 2:26. Me tranquilizo y pienso: 'éste sí es mi grupo.'
Hace calor y voy bebiendo -cosa que
hago fatal- en todos los avituallamientos. Mis amigos me van animando, salen
por todas las esquinas (mi sobrino hizo 26 km en bici para animarme en numerosos puntos) y mi moral está a tope. Veo a Txuri. Coincidimos en la
Josetxo Imaz y su intención era correr en Valencia. Está de paisano animando.
Le grito: 'tú aquí'; y él me replica al instante: 'calla y sigue que vas de p…
madre'. Un poco más adelante están Aritz
y Eneko Garin sacando fotos y
animando como jabatos. Estamos cerca del paso de la Media y me gritan: 'tienes a
Gonzalo a medio minuto'. Yo pienso: 'bastante tengo yo con ir aquí metido'.
Las piernas empiezan a estar un poco
espesas; es raro porque no me suele pasar, pienso que igual puede ser por el calor,
pero no es nada preocupante, sino que me noto no tan fluido como en otras
veces. A David Palomo se le ve
fresco, estamos en el km 27 y empieza a picar un poco para arriba. En el grupo ya
solo estamos media docena de atletas.
En el km 32 cojo la cabeza y sigo a
ritmo, comienza el verdadero Maratón y empieza a caer mucha gente. David ya no está en el grupo, que es un
rosario de corredores. Estoy sufriendo mucho, pero no vale de nada lo hecho
hasta ahora, si quiero hacer marca personal, no puedo aflojar.
Estamos en el km 37 y veo a Gonzalo Fuentes. Me vengo arriba, le doy
una palmadita y le hago un gesto para que venga, pero no va fino. Me acuerdo de
todos los que me están animando, no les puedo fallar. Me acuerdo de Unai, de Andoni, de Joseba, de
mi mujer, de mis hijos y sobre todo de Ibon.
Él es el que me empuja en los últimos 4 km.
Tengo un par de amagos de subida de
gemelos, decido no forzar más y mantener el ritmo. Por suerte, el final es en
ligera bajada. Entro en la alfombra azul
y los últimos 200 metros veo el reloj a lo lejos. Marca 2:25 pelados. Ya no me
importan los gemelos, voy a hacer 2:25, lo doy todo y entro en la meta
levantando los brazos, enormemente satisfecho. No he fallado y he hecho un
carreron.
Veo a Iraitz, que está hablando con el padre de Eneko Agirrezabala. Nos
fundimos en un abrazo increíble, yo estoy eufórico, le digo mi marca y él me
dice la suya. Lo hemos vuelto a hacer, igual que en Berlin. Todavía se me pone
la piel de gallina. Hay muchísimos kilómetros detrás para conseguir esto y LO
HE CONSEGUIDO.
En seguida llega Gonzalo. Nos abrazamos. Está un poco contrariado, pero el suyo es
también un marcón. Con su calidad y su juventud, lo batirá echando pipas. El
padre de Eneko nos hace unas fotos a
los tres, otro gran recuerdo.
Nos vamos hacia la salida, donde me
espera mi gente. Gonzalo y yo
hablando. Me comenta que ha sentido lo mismo que yo: pesadez de piernas a partir
de la Media Maratón y que ha echado de menos la Coca Cola que les dan en los
avituallamientos de los triatlones. Me hizo mucha gracia, solo repetía lo de la
Coca Cola. Nos separamos al llegar a Javi Soto y mi sobrino, mientras me fundo en un
abrazo con ellos.
Ahora para celebrarlo nos vamos a ir
a comer un arrocito, somos 15 personas y yo soy una de las más felices del
planeta.
PD: Fui a grabar la medalla como
recuerdo, allí me encontré con David Palomo,
que hizo 2h28. Me comentó que a él y a Ion
Sola (2h37) les paso factura la Behobia, que él no la volvería a correr,
teniendo la Maratón como objetivo.
Personalmente, el circuito de
Valencia me gustó mucho. No nos engañemos, tiene zonas que pican para arriba y
zonas donde pega viento, pero compensa todo con unos últimos 5 kms muy benévolos, que pican ligeramente hacia abajo y que hacen que el muro no sea tanto muro. Eso
sí, el calor y pasarte de rosca pueden causar estragos a partir del km 30 como
creo que ha pasado este año a muchos atletas: Iñaki Gerica, Hugo Figueras,
Ion Sola o el mismo Gonzalo son claro ejemplo de ello.
También estuve hablando al terminar
la carrera con Imanol Oiarbide, que había hecho marca personal: 2:40:40, con 58
años. ¡Qué fiera el tío!
Eso me anima. Todavía puedo tener
cuerda para unos añitos más. Lo digo por los que me quieran jubilar.
Jajajaja!!!!
En el cuadro que sigue podéis ver
cómo corrió Mikel:
Km
|
Parcial
|
Acumulado
|
||
Tiempo
|
Ritmo
|
Tiempo
|
Ritmo
|
|
5
|
0:17:07
|
0:03:25
|
0:17:07
|
0:03:25
|
10
|
0:17:19
|
0:03:28
|
0:34:26
|
0:03:27
|
15
|
0:17:23
|
0:03:29
|
0:51:49
|
0:03:27
|
Media
|
0:20:52
|
0:03:25
|
1:12:41
|
0:03:27
|
25
|
0:13:35
|
0:03:29
|
1:26:16
|
0:03:27
|
30
|
0:17:32
|
0:03:30
|
1:43:48
|
0:03:28
|
35
|
0:17:32
|
0:03:30
|
2:01:20
|
0:03:28
|
40
|
0:16:57
|
0:03:23
|
2:18:17
|
0:03:27
|
Meta
|
0:07:23
|
0:03:22
|
2:25:40
|
0:03:27
|
Impresionante.
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