sábado, 6 de octubre de 2012

Primera impresión

El juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, sale en moto del tribunal

Con Garzón fuera de la circulación, Santiago Pedraz parece aspirar a ocupar el sitio que dejó vacante tras su expulsión de la carrera judicial. No me refiero a la 'silla' o 'cargo' del famoso ex-juez, sino al lugar que ocupaba y sigue ocupando (ahora como abogado del inquietante Julian Assange) en los medios.

Si escribo este post es para contaros la primera impresión que me causó el juez Pedraz cuando le conocí, creo recordar que en el segundo semestre de 1988. Yo acabada de ser nombrado director de una sucursal de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián (más tarde kutxa y ahora Kutxabank), muy próxima a la Audiencia Provincial de San Sebastián (sólo había que cruzar la calle) y el juez Pedraz acababa de hacerse cargo de uno de los Juzgados de esa Audiencia.

Se presentó en la sucursal acompañado del Secretario del Juzgado para abrir una cuenta donde cobrar la nómina. Varias cosas me llamaron la atención. La primera, que aparentaba ser mucho más de lo que decía su DNI (30 años). Por aquel entonces era igual de rubio, pero llevaba el pelo corto; era alto, muy delgado y, frente a la prepotencia de muchos de sus colegas, era muy austero en las formas, rozando la timidez. Lo segundo, que viniera en persona a hacer ese trámite, sin delegarlo en alguno de sus colaboradores. La tercera, que en los 4 años en los que fue cliente, nunca pretendió un 'trato de favor', ni siquiera cuando fue nombrado, pese a su juventud, Decano de los Juzgados de San Sebastián. 

A mí, sin entrar a juzgar su labor profesional, para lo que no me siento capacitado, me caía bien.

Le perdí la pista y, por la prensa, especialmente desde que accedió a la Audiencia Nacional, he tenido noticias de su carrera.  


Recuerdo haberle visto en televisión, abrazado a Garzón, cuando éste abandonaba la carrera judicial. No aparentaba los cincuenta y tantos años que tiene y le habían crecido tanto el pelo (bastante) como la talla del traje.

Estos días ha vuelto a los medios por su polémico auto en relación a los sucesos del 25-S, del que he extractado la frase que ha dasatado las iras de la clase política, especialmente la del diputado del PP Rafael Hernando, que lo ha calificado de 'pijo ácrata':

"El hecho de convocar bajo los lemas de rodear, permanecer de forma indefinida ..., exigir un proceso de destitución y ruptura del régimen vigente, mediante la dimisión del Gobierno en pleno, disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado, abolición de la actual Constitución e iniciar un proceso de constitución de un nuevo sistema de organización política, económica o social en modo alguno puede ser constitutivo de delito, ya no solo porque no existe tal delito en nuestra legislación penal, sino porque de existir atentaría claramente al derecho fundamental de libertad de expresión, pues hay que convenir que no cabe prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por más que éstas se alejen o incluso pongan en cuestión el marco constitucional, ni, menos aún, de prohibir la expresión de opiniones subjetivas sobre acontecimientos históricos o de actualidad, máxime ante la convenida decadencia de la denominada clase política. Es más, la propia Sra. Delegada del Gobierno tomó conocimiento, esto es no prohibió, de lo que pretendía la convocatoria, indicando además la forma de hacerlo".


De Rafael Hernando también tengo una primera impresión. Como portavoz adjunto que es del PP, sus descalificaciones, diatribas y hasta trifulcas están a la orden del día y en su comportamiento podemos encontrar muchas de las causas de la decadencia de la clase política española, que todos tenemos la desgracia de padecer.

Puede que Santiago Pedraz sea pelín pijo (es alto, guapo, tiene una llamativa melena rubia, viste bien, es de buena familia...) y puede que tenga un toque ácrata (la foto del encabezamiento, a lomos de una moto, en vez de ir en el coche oficial, podría encajar con esa descripción).

Puede que se haya pasado varios pueblos con la frasecita de marras.

Pero lo que tengo claro es que 'el que se pica, ajos come' y que Rafael Hernando y otros inefables políticos se han dado por aludidos. A este respecto, para los que tengan la paciencia de leerlo, les recomiendo este artículo de César Molinas, publicado en El País el pasado 10 de septiembre: 'Una teoría de la clase política española'

Me gustaría seguir manteniendo esa primera impresión positiva que me causó Santiago Pedraz. Y confío en que no cometa los mismos errores que su predecesor Garzón, ni tenga su mismo final. Ya puede ponerse en guardia porque ha ido a buscarse muy malos enemigos.

Ya decía mi difunto abuelo, al que vuelvo a traer a este blog, que 'bastantes enemigos se encuentra uno sin querer, para andar buscándoselos queriendo'. O algo así.


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