El sábado tuve sesión doble de Ricardo Darín. Por la tarde, con mi mujer, vi Tesis sobre un homicidio, que se estrena en España, después del éxito alcanzado en Argentina. Por la noche, en la tele, El secreto de sus ojos, de la que hablaré en un próximo post.
Buena entrada en la sesión de las cinco de la tarde, en el cine Príncipe, prueba del tirón de ese gran actor, al que descubrimos con El hijo de la novia (2001).
No os contaré la historia y mucho menos su final, que nos dejó a todos en silencio y pegados al asiento, pensando en el desenlace, que a nadie dejará indiferente.
Lo que quiero compartir con vosotros es el poso que me ha dejado la película, que nos presenta la arrogancia intelectual de un prestigioso profesor de la Facultad de Derecho, que compite con el más brillante de sus alumnos, en un ejercicio de soberbia, que deriva en una obsesión paranoica por la tesis que ha construido respecto de un crimen cometido en el parking de esa Facultad. Y todo vale al servicio de esa tesis, incluso jugar con la vida de los demás.
Decía Miguel Angel que 'los detalles menores son los que definen la perfección, y la perfección no es ningún detalle menor'. Al principio de la peli, el personaje interpretado por Ricardo Darín enfatiza la importancia de los detalles a la hora de aclarar un crimen. Lo que vemos, sin embargo, es que algunos de los detalles que nos va mostrando el director hacen agua más de una vez y más de dos.
Es probable que por la trama y por el cartel de Ricardo Darín, que vuelve a bordar su papel, la peli tenga un buen recorrido comercial. Yo he pasado un buen rato, aunque no me han convencido los otros dos actores protagonistas: Alberto Ammann y Calu Rivero.
¡Ah! y por aquello de avivar la polémica, a mí me ha encantado el final.
Buena entrada en la sesión de las cinco de la tarde, en el cine Príncipe, prueba del tirón de ese gran actor, al que descubrimos con El hijo de la novia (2001).
No os contaré la historia y mucho menos su final, que nos dejó a todos en silencio y pegados al asiento, pensando en el desenlace, que a nadie dejará indiferente.
Lo que quiero compartir con vosotros es el poso que me ha dejado la película, que nos presenta la arrogancia intelectual de un prestigioso profesor de la Facultad de Derecho, que compite con el más brillante de sus alumnos, en un ejercicio de soberbia, que deriva en una obsesión paranoica por la tesis que ha construido respecto de un crimen cometido en el parking de esa Facultad. Y todo vale al servicio de esa tesis, incluso jugar con la vida de los demás.
Decía Miguel Angel que 'los detalles menores son los que definen la perfección, y la perfección no es ningún detalle menor'. Al principio de la peli, el personaje interpretado por Ricardo Darín enfatiza la importancia de los detalles a la hora de aclarar un crimen. Lo que vemos, sin embargo, es que algunos de los detalles que nos va mostrando el director hacen agua más de una vez y más de dos.
Alberto Ammann y Calu Rivero |
Es probable que por la trama y por el cartel de Ricardo Darín, que vuelve a bordar su papel, la peli tenga un buen recorrido comercial. Yo he pasado un buen rato, aunque no me han convencido los otros dos actores protagonistas: Alberto Ammann y Calu Rivero.
¡Ah! y por aquello de avivar la polémica, a mí me ha encantado el final.
Ménudo crítico que estás hecho Gabriel. En mi caso muy muy mal lo tienen que hacer los actores para que no me guste su interpretación. Pero digo yo, si ellos lo han interpretado de esa manera,¿no es porque el director así lo ha querido? Un abrazo
ResponderEliminarBueno, me aplico aquello de 'no juzguéis y no seréis juzgados'. No llegué a 'creerme' a los dos jóvenes actores, especialmente a la chica. Quizá la culpa la tenga Ricardo Darín, que les pone el listón muy alto.
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