En Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey propone que nuestra comunicación sea personal,
positiva, en tiempo presente, visual y emocional.
En
la exhortación apostólica Evangelii Gaudium publicada en noviembre, el Papa Francisco, dice:
‘La predicación debe ser positiva…Una
buena homilía...debe contener una idea, un sentimiento, una
imagen...’
Se
ve que nos hemos quedado con la última parte de esos mensajes porque las
imágenes y los senti-mientos, lo visual y lo emocional, nos invaden por doquier
cargados, casi siempre, de negatividad. Y carentes de ideas o alternativas
‘positivas’, ‘distintas’, ‘diferentes’ o ‘personales’.
Las
‘homilías’ mediáticas que nos llegan desde la prensa, la radio, la televisión y
muy especialmente la redes sociales, hablando de los ‘affaires’ de la familia real, de
Bárcenas, de Montoro, de los EREs de Andalucía o de Belén Esteban, me dejan
indiferente.
Y,
sin embargo, me llaman la atención iniciativas que apenas han merecido unas líneas o
unos pocos segundos, como la del presidente de Uruguay proponiendo y sacando
adelante un proyecto para introducir en el tráfico comercial ‘legal’ la
producción distribución y consumo de marihuana.
Parece
que José Mújica, con sus luces y sus sombras, es un tipo ‘distinto’, que tiene
ideas, las discute y las pone en práctica -como en este caso- con la humildad suficiente como para calificar la medida de
experimento, comprometiéndose a darle marcha atrás en la medida en que no ayude a
resolver los problemas derivados del narcotráfico.
Bienvenidas
las ideas, las imágenes y los sentimientos personales y
positivos.
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