Baila, baila, baila (ダンス・ダンス・ダンス Dansu, dansu, dansu) es una novela escrita por Haruki Murakami, en 1988, un año después de Tokio Blues (Norvegian wood), que es la más conocida y popular de sus obras, publicada en España en 2005.
Baila, baila, baila se publicó el año pasado y me acompañó en el viaje a Düsseldorf de finales del pasado mes de abril. Devoré sus 422 páginas (en formato electrónico) y tenía pendiente reposar la lectura para escribir este post. Por alguno anterior, ya conocéis mi debilidad por este autor japonés, capaz de engancharnos con relatos que combinan el surrealismo con la intriga, el sexo, la música, la gastronomía, la soledad de sus personajes y algo difícil de explicar, como los poéticos silencios de su prosa.
Baila, baila, baila es una deliciosa historia de amor entre un joven solitario de 34 años y una -en mi imaginación- exquisita recepcionista de una intrigante hotel de Sapporo, de cuya existencia real llegamos a dudar. Es también la historia de una extraña amistad, recuperada en la madurez, de dos antiguos compañeros de colegio, a quienes la vida ha llevado por caminos que nada tienen en común.
Personajes desarraigados, una intriga que nos remite, por momentos, a la novela negra, revista musical (los aficionados al rock and roll disfrutarán de la amplia cultura musical de Murakami), fantasías sexuales, toques de humor y de ternura, en una sucesión de imágenes que reflejan la dureza de la sociedad nipona, mientras se adentran en el inconfundible universo de uno de los mejores novelistas actuales.
'Quien no sabe bailar dice que los tambores no valen para nada' (proverbio ghanés)
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