En el post anterior hemos hablado de la carrera de Iñaki Gerica en el 45 Zurich Maratón San Sebastián, celebrado el pasado domingo 26 de noviembre.
Durante dos terceras parte de la carrera y con el mismo objetivo: bajar de 2h:30' y atacar las 2h:28', fue con él JuanLu Gómez Gallego. Con las bicis, un grupo de amigos y compañeros de la 'cuadra' de su entrenador, Florian García Pavón, les estuvieron siguiendo y dando ánimos. Uno de ellos fue un colaborador habitual de este blog: Imanol González Gete, que corrió la 10 K que salía 40 minutos antes, acabando séptimo (32':04").
Así nos lo cuenta:
Con una fuerte resaca emocional, escribo estas líneas más que nada porque el maratón es una prueba que en el grupo de Florian situamos en un punto indefinido entre la pasión, el respeto, la euforia, los nervios, el miedo, la alegría y, sobre todo, la inconsciencia.
Creo que no me equivoco si aseguro que nunca un grupo de atletas se la haya pegado tantas veces contra los cuarenta kilómetros, más la propina que se les antojó a Eduardo VII y Alejandra de Dinamarca en 1908. Ya se sabe, la monarquía siempre pensando en “el bien del pueblo”, Dios salve a la reina, al rey y todo eso. Que viva, pero que viva lejos.
En estas, los del Flo Team, nos presentábamos más chulos que un ocho con cinturón, el 26 de noviembre del 2023, en un Boulevard donostiarra hasta la bandera de corredores.
Nuestra confianza estaba depositada en el Potro de Candelario. Apostar por JuanLu en el maratón es como tirar un cubo de piedras al cielo y pretender que no te caiga ninguna en la cabeza. Ya he dicho, sobre todo inconsciencia.
JuanLu es alguien al que quiero mucho, pero nunca sé del todo como está de forma. Pero como soy un jodido optimista de la vida, me tiro al barro y siempre apuesto por él. ¿La razón?
Ojalá la supiera.
El Potro es como el equipo de tus amores, que te hace sufrir día sí y día también, mientras vas mejorando, aprendiendo y sobre todo pasándolo bien. Hasta que llega una fecha random y se saca de la chistera toda la clase y potencial que se guarda para citas clave. Esa es la razón por la que siempre estoy a su lado, riendo, animando y llorando. Porque hemos llorado mucho juntos; y no nos da vergüenza.
Vamos al domingo. Acabé la carrera de 10 kilómetros con la intención de acercarme a su lado y soltarle un speech motivador. Pero la verdad es que llegué a meta hecho un Cristo, me tumbé en el suelo y para cuando me di cuenta, Sergio y yo estábamos vestidos de chándal y cogiendo las bicis, mientras nos poníamos en contacto con Belda para saber por donde marchaba la carrera.
El cansancio dio paso a la euforia, una euforia desatada, que te emborracha de entusiasmo y te hace ….¿perder los papeles? ….huuuummmm. Sí, sin duda.
Vimos pasar a Aitor Mimenza tirando de Imanol Larrañaga y Javi Menta. Simplemente aluciné. Aitor se marcó lo que los franceses dicen “une belle operation”, mientras que Imanol y Javi... Sin palabras, mucha clase y agallas. ZORIONAK!!!
Por detrás, más atrás, venía el grupo que atacaba las 2horas 28 minutos. ¡No me jodas Marco!
Con el capo Ander Lazkano marcando el tempo, nuestro hombre marchaba tapado, junto a un Iñaki Gerika que corría concentrado como pocos.
No digo cómo, pero fuimos animando a este grupo, gritándoles referencias, sugiriendo por donde trazar las curvas, recordando que había que comer, ayudarse, beber…
Y en estas nos vimos en Igara por última vez. Ander cesaba en un currelo top, mientras que Imanol Larrañaga soltaba a Javi Menta, en pos de romper la barrera de las 2h:20'. Mucho Valencia, mucha gaita, pero aquí se pudo ver a personas apoyadas por amigos que lograron grandes marcas. Todo mi respeto.
Al paso por el 25, JuanLu nos daba uno de sus clásicos sustos, al marchar descolgado de un Iñaki Gerika que volaba hacia la meta.
Marco Rodrigo transmitía calma: “está manteniendo el ritmo, tranquilos”. ¿Tranquilos? ¿Estamos locos? Pensé. ¿Llevo una hora gritando como un loco y me pides tranquilidad?
De aquí en adelante, delirio desatado, Asier Martínez, al que se le veía en la cara una empatía total hacia el sufrimiento de JuanLu, Belda, Sergio, Jordi y servidor nos cruzábamos comentarios que presagiaban lo que venía.
Al paso por la calle Urbieta, JuanLu tiraba de las fuerzas que no tenía y ya se sabe que el cuerpo no concede créditos y el atletismo tampoco.
En meta (2:36:38), 38º, nos fundimos en un abrazo, alguna lagrimilla entre broma y broma, mientras nos cruzábamos miradas de complicidad y agradecimiento.
Pese a la impotencia, yo no podía parar de animarle y pedirle lo imposible. Ver como apostando a ganar, volvíamos a palmar, me dolía en lo más hondo.
No hay una prueba más dura, cruel, perra... y a su vez agradecida que el maratón. Lleva las emociones más allá de lo imaginable. En su entorno se construye mucho y pese al resultado, te das cuenta, que nada de eso desaparece, ni cambia.
Todo iba bien hasta el kilómetro 25-30, incluso 35, después...
Al día siguiente, JuanLu nos despertaba con un mensaje, corto, pero claro: 'El año que viene, otra vez.'
JuanLu tiene 39 años y debutó en 2018. Ha corrido 6 maratones: 5 en casa y 1 en Sevilla. Su mejor marca la hizo en 2021: 2:29:34, el día que cayó el diluvio universal.
Este año, en Sevilla, se presentaba en gran forma, pero una gripe traicionera dio al traste con su preparación.
Y el pasado domingo... ya sabéis lo que pasó.
Estos son los datos de esos 6 maratones:
Eskerrik asko Gabriel e Ima por vuestras palabras!! La verdad q sentir ese apoyo a la hora de correr es un plus de ayuda y motivación!! Juanlu
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