Iniciamos con éste la serie de posts que voy a dedicar al Maratón de Valencia 2023. Después de conocer el resultado, tenía claro que esa serie la tenía que abrir Elena Silvestre, que rebajó su marca (Sevilla 2023) en 3':28", dejándola en 2:37:36.
En febrero, cuando hizo 2:41:04 en Sevilla, la presentábamos así:
La primera vez que hablamos de ella en este blog, el 19 de octubre de 2015, después de ganar por primera vez la Clásica de 15 K de octubre, que volvería a ganar en 2016, 2017, 2019 y 2022, la presentábamos así: 'la ganadora de la carrera de los 15 Kms de ayer pasa casi desapercibida, hasta el punto de que su cuenta de Facebook es Ele Nanita Silvestre. Eso sí, corre que se las pela, y es capaz de entrenar tanto o más que cualquier chico, a la vez que entrega una tesis doctoral con un título tan contundente como: 'Sheet metal roll leveling optimization by means of advanced numerical models and development of new concepts for last generation materials.'
Fueron dos entregas: 1 y 2 y, si tenéis tiempo, os invito a revisarlas.
Acabada la introducción, vamos con el relato que nos hace la propia Elena y que, como en febrero, vamos a dividir en dos entregas. La primera tiene que ver con la preparación. La segunda, con la carrera propiamente dicha.
Pues vamos con la planificación y la preparación:
PREPARACIÓN MARATÓN = TRABAJO EN EQUIPO
Después de la gran experiencia que viví en Sevilla hace unos meses en mi primera maratón, siempre pensé que en mi segundo intento no todo podría salir tan bien. Todo maratoniano sabe las penurias y adversidades que te pueden surgir en carrera. Por eso pensé que lo que me pasó en Sevilla había sido un golpe de suerte y que en Valencia -¡quién sabe!- me podría tocar vivir la crueldad de la maratón.
2:37:36. Ni en el mejor de los escenarios pensaba que podría hacer esa marca. Mi objetivo era ver en el reloj 2:39:59. Con eso me hubiera bastado. Sin embargo, otra vez, y van dos, la buena suerte se puso de mi lado.
Permitidme que haga un corte en el relato. A mis 68 años, sin renegar de ella, no creo ni espero nada de la suerte. Confío mucho más en el trabajo. Como veréis a continuación, hubo mucho trabajo previo y muy duro.
La preparación ha sido quizás más solitaria que la que hice para Sevilla, cuando pude engancharme en muchas ocasiones al grupo de Ion Arzubialde, Iñaki y Gonzalo. Esta vez estaban más fuertes que yo y no pudo ser, por lo que me esperaba una preparación mucho más solitaria. Sin embargo ¡qué bueno es rodearse de gente que valora el esfuerzo que estás haciendo y que siempre están dispuestos a echarte una mano!
Me viene a la mente un entrenamiento en concreto, de un (8.000 + 1.000 ) x 2, un martes después de trabajar, a las siete de la tarde-noche, en el bidegorri de la playa de Hendaia. Día de temporal auténtico de lluvia y aire de los que ya conocemos en el norte, ni una farola encendida en el paseo y por supuesto ni una persona paseando al perro…
Otro entrenamiento para el recuerdo fue el de los 3 x 6.000 que tuve que hacer en el velódromo. Sí, 90 vueltas a la pista. Ese día me sentía como un hamster. Mientras yo no paraba de dar vueltas, había continuamente entrando y saliendo gente para acompañarme las vueltas que pudieran. Entre otros, César Pérez, que aunque normalmente vamos “lentos” para el nivel que él tiene, siempre está dispuesto a echar una mano. Eskerrik asko!!!!
También las semanas de agotamiento, noches sin dormir por dolor en las piernas.
Además, a falta de dos semanas, un fuerte dolor de rodilla pensaba que me iba a dejar fuera de la competición. Pero como otras muchas veces, Juanma Morales hizo su habitual “magia” y conseguí llegar a la línea de salida con confianza. Sí, son muchas situaciones duras en las que pones a tu cuerpo y mente al límite, pero ahí esta la fortaleza del maratoniano para seguir adelante.
Y con toda esta reflexión, me viene a la cabeza lo que dijo Eliud Kipchoge en su discurso durante la gala de los premios Princesa de Asturias:
¿Saben? correr no es sólo movimiento físico. Correr es un vehículo que tiene el poder de unirnos. Correr une a personas de todos los ámbitos de la vida, permitiendo que distintas culturas y trayectorias se unan para correr. Esa es una de las cosas que hace que correr un maratón sea tan especial. (…) Por eso siempre digo que debemos hacer de nuestro mundo un mundo que corre. Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz. Existe un fuerte paralelismo entre correr y nuestra vida cotidiana, donde, para ser felices, debemos centrarnos en nuestra salud mental y superar los desafíos que se nos presentan antes de alcanzar, por fin, la proverbial línea de meta. Porque déjenme compartir una cosa con ustedes esta noche: alguien que termina un maratón, es capaz de lograr cualquier cosa en la vida.'
Mañana seguimos con la segunda parte: RESULTADO = TRABAJO.
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