Esta tarde hemos visto por televisión ocho finales de atletismo de los JJ OO de Paris 2024. Algunas han sido excepcionales, fantásticas. Si tuviera que elegir una, me quedaría con la final de los 800 metros, que ha eclipsado, en mi opinión, aquella final de los JJ OO de Londres 2012, cuando David Rudisha dejó el récord mundial en 1:40.90.
A una sola centésima, viniendo de atrás, ha llegado el gigante canadiense Marco Arop: 1:41.20, cuarta mejor marca mundial de siempre.
El a priori favorito, el argelino Djamel Sedjati ha sido tercero con 1:41.50. En la pelea con Mohamed Attaoui, a falta de 200 metros, quizá ha perdido todas sus opciones. En todo caso, sinceramente, creo que no hubiera llegado a superar a los dos primeros.
Cuarto, haciendo récord USA, ha llegado Bryce Hoppel con 1:41.67.
Mohamed Attaoui ha confirmado que sus marcas y su presencia en esta final no son casualidad. Ha sido quinto con 1:42.05, a una sola centésima de su mejor marca.
El francés Gabriel Tual, campeón de Europa, ha sido sexto con 1:42.14, haciendo una gran carrera.
El séptimo, Tshepiso Masalela ha hecho marca personal: 1:42.82.
Y el octavo ha acabado en 1:43.84. ¿Cuántas finales olímpicas se han ganado por encima de ese tiempo?
Así ha quedado la final:
Adrián Ben, que hizo el quinto mejor tiempo (1:45.03) en las series, se tuvo que ir a la repesca. En esa carrera, relativamente lenta, fue segundo. Solo se clasificaba el primero y el tiempo, 1:45.37 no le dio para pasar.
Elvin Josué Canales corrió su serie en 1:46.48. En la repesca hizo 1:44.65 y fue la primera marca que se quedó fuera de las semifinales por tiempos.
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