Terminaba
mi post de ayer hablando de Zara, cuyo buque insignia de Donostia está
siendo remodelado para mayor satisfacción de sus fieles clientes donostiarras y
del otro lado de la frontera, para quienes las obras supondrán una larga
espera.
Hablando
de los franceses, hoy me ha llegado un post del blog absolutamente
innecesario, que escribe Guille Viglione, a
quien sigo desde que comenzara a escribir, antes los sábados y ahora los
domingos, la columna de la derecha de la última página de El Diario Vasco. Sólo
por leer esa columna, merece la pena comprar el periódico cada
domingo.
Lo que
ha colgado hoy es su blog es un artículo titulado Franceses, publicado el 10 de enero de 2010. Recuerdo
haberlo leído en su día y compartido casi al 100% lo que decía entonces. Os
invito a leerlo.
Ahora
que tanto se habla de aprender inglés, tengamos presente que Donostia está a
veinte kilómetros de la frontera con Francia y que ahí tenemos un mercado muy
importante de personas que apreciarían ser tratadas con la misma cortesía con la
que ellos nos tratan cuando vamos a comprar allí; y que les habláramos en su
idioma, como ellos se esfuerzan en hablarnos en el nuestro.
Como
dirían en Francia, en una expresión nada chauvinista: Bon week end.