El domingo, en el tren que me devolvía de Madrid, proyectaron la película La
pesca del salmón en Yemen, extraño título y extraña actividad,
que no despertó mi interés cuando se estrenó en España hace cosa de un año. Sin
embargo, había leído muy buenas críticas y decidí darle una oportunidad,
aparcando la lectura de 'Me casé con un comunista', de
Philip Roth, al que sigo enganchado después de 'Pastoral
Americana', de la que me ocupé en un post de hace un par de semanas.
La verdad que -aunque en pequeña pantalla y con auriculares- fueron 107 minutos muy bien aprovechados. Lo que al principio parece una historia disparatada, va tomando cuerpo a medida que se va aderezando con ingredientes como la ambición política, el ansia de poder, el fundamentalismo, el sometimiento a lo políticamente correcto, los atajos para conseguir oscuros objetivos, la estupidez de algunos políticos, la incomunicación, las relaciones de pareja y la droga del amor. Todo ello en un tono de comedia romántica, con ese toque especial que sólo los 'british' son capaces de conseguir.
La verdad que -aunque en pequeña pantalla y con auriculares- fueron 107 minutos muy bien aprovechados. Lo que al principio parece una historia disparatada, va tomando cuerpo a medida que se va aderezando con ingredientes como la ambición política, el ansia de poder, el fundamentalismo, el sometimiento a lo políticamente correcto, los atajos para conseguir oscuros objetivos, la estupidez de algunos políticos, la incomunicación, las relaciones de pareja y la droga del amor. Todo ello en un tono de comedia romántica, con ese toque especial que sólo los 'british' son capaces de conseguir.
Delicioso el papel de Emily Blunt en el papel de Harriet, a la que el protagonista, un muy sólido Ewan McGregor, perdidamente enamorado de ella, no apea el tratamiento de 'señorita Chetwode-Talbot', hasta muy avanzada la peli. Y sensacional Kristin Scott Thomas en el papel de una despiadada y maleducada secretaria de prensa del premier británico, con quien intercambia hilarantes Whats Apps.
Es una peli que nos
habla del amor, de la chispa que lo enciende y que lo mantiene vivo, de los
buenos modales, de la paciencia (virtud de los pescadores) y hace interesantes
reflexiones sobre la fe: 'No pescas la fe con una caña de pescar',
le dice el jeque yemení al descreído científico que interpreta Ewan McGregor.
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