martes, 3 de diciembre de 2019

Gonzalo Fuentes. Un maratoniano con la cami de la Real


‘Digamos que paso poco tiempo en el sofá y que siempre estoy haciendo algo’ Me cuenta Gonzalo Fuentes, uno de los mejores triatletas vascos y en el top 20 de los del estado español.

Este ingeniero donostiarra, que cumplirá 27 años en diciembre, trabaja en Siemens-Gamesa, a caballo entre Donostia, donde vive con su novia, y Pamplona. En cuanto termina de trabajar, a entrenar, sea en el agua, sobre la bici o quemando suela en la pista, la hierba y el asfalto.

Si tenéis la curiosidad de seguirle, veréis que compite muchísimo. El otoño-invierno lo dedica a correr, sea en ruta o en cross, con alguna incursión en la pista. Bueno, exactamente una en los últimos años: una carrera de 3.000 metros en pista cubierta, que liquidó en 8:57.72. En cuanto asoma la primavera, al duatlón o al triatlón.

En esas especialidades, en 2019, fue tercero en el Campeonato de Europa de Duatlón de Media Distancia. En cuatro Campeonatos de España se clasificó entre el cuarto y el octavo puesto. Fue quinto en el triatlón de La Rioja, sexto en el triatlón de Bilbao, séptimo en el de Zarautz, amén de ganar dos duatlones y un triatlón y ser segundo en otros dos duatlones y un triatlón. Llegó 19º en el triatlón de Alpe D’Huez y 13º en el Ironman de Wales, donde consiguió el billete para la meca del Ironman: Kona en Hawai, que presumo será su gran objetivo para el año 2020.

En octubre, se clasificó segundo en los 15 Km de Donostia, con 47:39, llegó 11º en la B/SS con 1:03:59 y una semana antes de correr en Valencia, tiró hasta el km 22 de Joseba Díaz y Jose Gómez de Arriba en el Maratón de Donostia.

Con este bagaje se presentaba en el Maratón de Valencia, tras haber debutado en 2014 con 2:51:56, luciendo la camiseta de la Real, uniforme que repetiría en 2016, cuando corrió en 2:35:58, mientras todos nos preguntábamos quién era aquel friki, que llegó 24º a la meta.

Así nos cuenta su carrera:

Aprovechando que estamos en época de maratones y que más de uno ha comentado sus vivencias por aquí, voy a contar mi experiencia en el Maratón de Valencia. Después de dos años sin correr maratones (2017 y 2018), decidí que en 2019 iba a correr mi tercer maratón, con el objetivo de bajar de 2h:30’.

Es por eso que decidí hacerlo en Valencia, para estar rodeado de gente toda la carrera y por las marcas de atletas de referencia, que me hacían pensar que en Valencia se volaba. Nada más lejos de la realidad, hay que correr como en todas partes.

Me inscribí a finales de junio, con la idea de preparar el maratón en el mes que tenía desde el último triatlón de la temporada, el de Ibiza, el 27 de octubre, dedicando el mes de noviembre a la preparación de ese objetivo.

A medida que se acercaba el 1 de diciembre y con la confianza que me daban algunos resultados, como el de la Clásica de 15 Km, revisé el objetivo, bajándolo a 2h:25’, y soñando incluso con acercarme a 2h:23’.

Me salió una buena B/SS, pero me dejó secuelas, en forma de molestias. Esas molestias, junto a algún contratiempo, me impidieron meter todo el volumen que me hubiera gustado y que tanto eché en falta cuando la carrera se puso seria, allá por el km 28.

Aun así, varios entrenos buenos hicieron que me viniera arriba y subestimara el Maratón. Tres años sin correr habían borrado de mi memoria la dureza de esta carrera.

Tras muchas dudas los días previos, decidí poner mi granito de arena para que Joseba Díaz y Jose Gómez de Arriba consiguieran su objetivo en el Maratón de Donostia. Pasamos en medio maratón en 1:12:50, yo me paré, y ellos fueron capaces de hacer la segunda parte más rápido que la primera. Lo hicieron tan fácil (o así me lo pareció a mí), que me plateé pasar el medio maratón en 1:12:00 e, iluso de mí, correr la segunda mitad igual o incluso más rápido.

Comienza la carrera. Se da el pistoletazo de salida y todo va perfecto: 17:03 en el km 5, 33:59 en el km 10, 51:10 en el km 15 y 1:12:08 al paso por la media maratón. Todo según lo previsto, a 3:25/km… pero sin verme todo lo cómodo que me gustaría… y que había ido justo una semana antes en Donostia.

Con la mitad de la carrera por delante, se apartan las liebres y decido ponerme a tirar para mantener el ritmo, que mantenemos hasta el km 25 e incluso hasta el km 28, donde empiezo a notar que las fuerzas flaquean. Me tomo un gel y observo como mis compañeros de viaje se me van escapando.

Desde ahí, partido a partido, o kilómetro a kilómetro. Hay que llegar al km 30, luego al km 35… Para animarme, me repetía algo que había oído sobre que los últimos 5 km eran favorables, así que sólo pensaba en llegar al km 36, al km 37… El ritmo ya no era de 3:25/km. A costa de sufrir y sufrir, conseguía hacer esos kilómetros a 3:35, mientras no paraba de pasarme más y más atletas. Entre ellos, reconozco a Mikel Rodríguez (2:25 el tío ¡menuda marca!), que va como un tiro. Me anima, pero no estoy para seguirle.

Del km 37 al km 40 es un poco favorable y consigo correr cerca de 3:30, mientras me siguen pasando muchos atletas.

Los dos últimos kilómetros se me hacen eternos, agotado y con calambres. A pesar de que pensaba que llegaría por debajo de 2:27, tengo que apretar los últimos 500 metros. Mi reloj marca 2h:26’:53”. Pálido, demacrado y destrozado, he hecho la segunda mitad en 1:14:45 y he sufrido mucho más de lo que esperaba.


Pensaba que estaba bien preparado y que iba a superar el muro sin problemas, pero el Maratón te pone en tu sitio; y a mí me hizo recordad por qué es la distancia más dura y cruel; y que nada se consigue sin sufrir. Aunque la segunda mitad no fue la deseada, estoy contento porque fui capaz de no perder mucho ritmo en los momentos malos.

Vuelvo de Valencia más que satisfecho con la marca y con otra lección aprendida del Maratón, con mayúsculas. El siguiente, tendré que prepararlo con más tiempo y garantías, porque el Maratón no perdona. Quizá sea eso lo que lo hace tan duro y tan bonito a la vez.

Aquí dejamos el magnífico relato de Gonzalo y yo dejo una pregunta: ¿Qué hubiera pasado el domingo 24 de noviembre si Gonzalo Fuentes, en vez de pararse en el km 22, hubiera seguido hasta la meta de Anoeta? Nunca lo sabremos.

Lo que sí intuimos todos (¿verdad?) es que cuando Gonzalo Fuentes ponga el foco en el Maratón, sabremos el resultado de la ecuación que se intuye en el siguiente cuadro:

Año
Tiempo
2014
2:51:56
2016
2:35:58
2019
2:26:53
202?
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