martes, 18 de diciembre de 2018

Conozco muchas mujeres como Laura

Conozco muchas mujeres como Laura. Por ejemplo, Maitane, que no quiere que el miedo le impida correr, porque a golpe de zapatilla se siente viva. Por ejemplo, Oiana, que reivindica correr sin miedo y no correr por miedo. Como Itxaso, que se niega a seguir mirando continuamente hacia atrás. Como Idoia, que sostiene que la culpa no es de Laura por salir sola, que reclama que las mujeres puedan correr, salir, divertirse, solas, de noche y de día, en pantalones, con mallas, en falda corta o con escote; que el problema no son las mujeres, sino la sociedad, que debe trabajar en no crear asesinos. Como Laia, que se conforma con hacer deporte y volver a su casa. 

Podría seguir con cientos y hasta miles de testimonios de mujeres indignadas e impotentes, pero creo que ya es hora de que los hombres hagamos algo. Sí he dicho HAGAMOS y no digamos que, por cierto, a mi modo de ver, decimos poco y hacemos menos

Esta tarde-noche, a las 20:56, he recibido un whatsapp de Sergio, que decía así: 'Estoy pensando en montar una kedada en Donostia el próximo sábado a las 11:00 en solidaridad con Laura Luelmo. No sé si la convocatoria movería a gente, pero creo que podría ser una buena forma de reivindicar el poder a salir a correr sin miedo'.

Unos minutos más tarde, me ha mandado otro whatsapp con el anuncio que ilustra este post y esta texto: 'Nada, Gabriel, ya lo han montado'.

Yo me lo apunto en la agenda, el domingo 23 de diciembre, en los dos relojes de La Concha, a las 10:00.

Tenemos un tremendo problema, que no tiene soluciones fáciles. No esperéis nada de políticos oportunistas y sin escrúpulos, que, en caliente, apelando a nuestras emociones básicas, reclaman cambiar las leyes, aumentar las condenas o la prisión permanente revisable.

Mientras los hombres, todos, no revisemos nuestros comportamientos, mientras no tengamos la certeza íntima y absoluta de que las mujeres tienen el mismo derecho que nosotros a hacer lo mismo que hacemos nosotros, mientras sigamos callando, cuando no cuestionando, seguirán muriendo mujeres simplemente por eso, por ser mujeres.

Cada mañana, de madrugada, cuando salgo a correr, me encuentro con muchas mujeres, cada vez más. Han descubierto el placer de correr, que es adictivo, felizmente adictivo y me atrevería a decir que liberador. Veo más mujeres en grupos de dos o tres que mujeres solas. Puede que sea por elección, pero me huelo que puede ser por miedo. A mí me gusta correr solo y no tengo miedo de hacerlo. Entre todos, tenemos que conseguir que si una mujer quiere salir sola, a correr o a lo que sea, lo haga con la misma tranquilidad con la que yo lo hago, simplemente porque soy un hombre.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo Gabriel.
    Y creo que es una cuestión de educación.
    Tenemos que educar niños con un sentido del respeto a l@s demás, y también educar con el ejemplo.

    "Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres"
    Pitágoras de Samos

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