
Esta semana, escuché un comentario crítico sobre el hecho de que la crónica comenzara hablando de la campeona de Euskadi, en vez de comenzar, 'como es natural', por la carrera masculina. Seguía la diatriba despotricando sobre el feminismo y haciendo consideraciones sobre el hecho de que fuera una periodista quien firmaba el artículo. No entré al trapo porque no estaba hablando conmigo y porque, como dice un buen amigo, ese monologuista -pues nadie le dio réplica- 'no era tierra de misiones'.

A mi modo de ver, nada más lógico que empezar hablando de ella, de Ainhoa Sanz.
Es probable que ese crítico sea de esos caballeros que cede el paso a las damas, pero también de los que se resiste a aceptar que las mujeres reclaman el mismo rol que los hombres. Ni más ni menos.
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