Ayer comenzamos unas vacaciones familiares en la Costa del Sol, con dos etapas prólogo en Granada y Ronda.
La antigua capital del reino nazarí nos recibió con 36º de temperatura y nos alojó en un coqueto hotel en la parte antigua de la cuidad, en una empinada cuesta a la que se accede desde la señorial calle de Angel Ganivet.
La Alhambra desde San Nicolás. Al fondo, Sierra Nevada |
Lo primero que hicimos fue subir al mirador de San Nicolás, para disfru-tar de la incomparable vista que ofrece de la Alhambra. Bajamos a pie y visitamos la catedral, de estilo neoclásico, como buena parte de los edificios que la rodean. Cenamos al aire libre, tapeando en varios barres de la calle Las Navas. Por daros una pista, en Los Diamantes, por tres tintos de verano y un mosto, con un plato bien surtido de boquerones fritos (gentileza de la casa), pagamos 6,80 €.
A continuación, subimos a la Alhambra, donde a las 22:30 comenzamos la visita a los palacios Nazaríes: la primera de mis hijos, la segunda de mi mujer y la cuarta en mi caso, si bien las anteriores fueron de día. Disfrutamos de sus maravillosos salones, salas, miradores y habitaciones y de los espectaculares patios de los Arrayanes y de los Leones, saliendo por la Puerta del Príncipe y volviendo a pie al hotel, disfrutando de la noche granadina, mucho más templada que el ardiente atardecer.
Hoy, segunda parte de la Alhambra, visitando la Alcazaba, el palacio del Partal (que no conocía y me ha encantado), y el palacio y jardines del Generalife.
Junto con miles de turistas de los cinco continentes, hemos dis-frutado de este conjunto monumental, el más visitando de España, con más de dos millones de visitantes al año. Incluso nuestros hijos, algo escépticos cuando les propusimos el plan, han gozado de las dos visitas.
Sobre las 12:00, hemos abandonada Granada y tomado camino de Ronda. Tras un paseo por la céntrica calle Espinel, que desemboca en su célebre plaza de toros y el Puente Nuevo sobre el tajo del río Guadalevín, hemos degus-tado una magnífica comida, con un esmerado servicio en Casa Ortega, antes de cruzar al otro lado del río, para perdernos por sus calles, contemplando, desde distintos puntos de vista, el Puente, el casco urbano y la imponente serranía de Ronda.
Granada y Ronda, dos ciudades andaluzas que atraen a muchísimos visitantes de todo el mundo con el reclamo de su cultura sus paisajes y sus gentes. Merecen la pena. Nosotros repetíamos visitas y seguro que reincidiremos.
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
(Federico García Lorca)
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