Basso levanta los brazos. Detrás Bitossi. |
Es
una de las frases del himno de centenario del Atletico de Madrid, compuesto por
Joaquín Sabina: ‘… qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de
vivir,…’.
Eso
debió pensar ayer el ciclista alemán Toni Martin cuando a escasos 20 metros de
la meta fue alcanzado por el pelotón, tras una escapada de 175 kilómetros.
Terminó séptimo.
Esa
manera de palmar, me ha traído a la memoria el Campeonato del Mundo de 1972.
Franco Bitossi, un gran rodador italiano, muy popular, conocido como ‘cuore
matto’ (corazón loco), se escapó a falta de pocos kilómetros y fue engullido,
en la misma línea de meta por el pelotón, encabezado por dos afamados sprinters
de la época: su compatriota Marino Basso, que fue el campeón, y el francés
Cyrille Guimard, que fue tercero. Bitossi terminó segundo.
Las
escapadas de uno y otro no son comparables, pero sí la diferencia –casi
milimétrica, en el caso de Franco Bitossi- y la importancia de la carrera: no
es lo mismo una etapa de la Vuelta a España que el Campeonato de Mundo ¿verdad?
Franco Bitossi, fue portada en todos los periódicos del mundo
por una desafortunada derrota, que le hizo más famoso que si hubiera ganado. En
1977, poco antes de su retirada, volvió a subir al podium, tercero, en un
mundial ganado por otro compatriota: Francesco Moser.
Eduardo
Rodrigálvarez cerraba hoy su cónica del El País con esta frase, relativa a Tony
Martin: ‘Luego en el hotel quizás pensara, como la mayoría, que
lo que cuenta es ganar, lo que queda en los archivos, pero lo importante es
cómo se pierde, lo que se archiva en la memoria.’
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