A 4,89 metros de altura, la legendaria Elena Isinbayeba ha ubicado un trono ingrávido del que ya no se moverá. Se retira de la competición dejando una trayectoria plagada de records del mundo y todos los campeonatos imaginables. Para un final hollywoodiense, sólo ha faltado que batiera su pripio record del mundo. La campeona olímpica, Jennifer Suhr y la cubana Yarisley Silva le han exigido hasta 4,82, pero se han rendido ante el imperial concurso de la zarina.
La victoria de Isinbayeba, esperada y deseada por todos, ha eclipsado la extraordinaria carrera de 400 metros, en la que LaShawn Merritt ha confirmado mis pronósticos. Su tiempo: 43":74 es la mejor marca del año y también marca personal de este extraordinario atleta, que vuelve a la competición después del chusco positivo que le tuvo fuera de la circulación desde Berlín. El otro americano, Tony McQuay, con marca persona (44":40) ha sido segundo y el dominicano Luguelín Santos (44":52), en el último metro, le ha birlado la medalla de bronce al belga Jonathan Borlée. Decepción mayúscula de Kirani James, que ya en semis dio señales de que no estaba fino.
Un poco antes, el coloso alemán Robert Harting lanzaba el disco a 69,11 metros y rompía por enésima vez su camiseta. Otro que lo ha ganado todo... y sigue ganando, escoltado por los clásicos Piotr Malachowski (68,36) y Gerd Kanter (65,19). Discreto papel de los españoles Frank Casañas y Mario Pestano.
En los 3.000 metros obstáculos, la keniata Milcah Chemos Cheiwa (9':11":65, mejor marca del año) ha dejado claro que es la mejor, imponiéndose a su compatriota Lidya Chepkurui (9´:12":55) y a la etíope Sofia Assefa (9':12":84) perjudicada por una caída a falta de 600 metros.
Fantástica la final de 800 metros, con victoria incontestable del etíope Mohammed Aman (1':43":31), que ha hecho valer su tremendo final frente a americano Nick Symmonds (1':43":55) y el djibutiense (¿se dice así) Ayanleh Souleiman (1':43":76), que ha maniobrado muy mal a falta de una vuelta y ha tenido que remontar desde muy atrás. El otro americano, Solomon, ha quemado sus naves conduciendo la carrera y sólo ha podido ser sexto.
Y en el heptathlon femenino, la ucraniaca Ganna (con ese nombre...) Melnichenco (6.586) se ha impuesto por estrecho margen a la canadiense Brianne Theisen-Eaton (6.530), esposa del campeón masculino Ashton Eaton, siendo tercera la holandesa Dafne Schippers (6.477), con un 800 final en el que todas las medallas estaban en juego.
Por la mañana, la rusa Elena Lashmanova se ha impuesto en los 20 kms. marca (1h:27':08"), por delante de su compatriota Anisya Kirdyapkina (1h:27':11") y la china Hong Liu (1.28':10"). Las españolas Beatriz Pascual (1h:29':00") y Julia Traks (1h:29':25") han sido sexta y novena, respectivamente.
En las semifinales de 1.500 metros, Natalia Ridríguez no se ha podido meter en la final, a la que han llegado todas las favoritas, entre las que sigo destacando a la sueca Abeba Aregawi.
Sin sorpresas en las semis de los 400 vallas, con lesión del americano Bernshawn Jackson y carrerón del cubano Omar Cisneros 47":93, mejor marca del año. En las chicas, la cheza Suzana Hejnová (53":52) ha comandado la lista de finalistas, sin despeinarse.
En las clasificatorias de 5.000 metros, decepción con Sergio Sánchez y Bezabeh, que se quedan fuera de una final en la que estarán 'todos'. ¿Irán 'todos contra Mo Farah'?
En altura se ha pasado con 2,29 y también aquí estarán todos, en una final de altísimo nivel, en la que el oro, probablemente, esté por encima de 2,40 metros.
Y en el triple, la líder del año, Caterine Ibarguen, es la gran favorita para la final.
Una gran jornada, una más, con el broche de oro de los tres últimos saltos de Elena Isinbayeba intentando un nuevo record mundial. Echaremos de menos esos ojazos, ese cuerpazo, esa sonrisa, esa expresividad esos momentos de concentración, tumbada, con la visera calada y la cara tapada, esos gestos mecánicos, esas manos manchadas de negro y esos saltos de inmensa alegría, como los que hoy, por última vez, ha dado en un estadio.
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