martes, 25 de junio de 2013

Subida a San Marcial

Después de 27 años participando en todo tipo de carreras populares, el sábado 22 de junio, me estrené en la Subida a San Marcial. La culpa de mi debut la tiene mi hijo Iñigo, que me apuntó para completar un equipo de cinco con sus amigos Manex Elortza, Mikel Martínez y Eñaut Lasarte. Sobrestimaron mi capacidad (¿o es que, simplemente, necesitaban un 'taxista'?), sin tener en cuenta que acababa de salir de una de mis cíclicas crisis ciáticas.
 
Fue un verdadero calvario, que me hizo dejar de ¿correr? y continuar andando un par de veces. La primera poco antes de los diez minutos de subida y la segunda un poco antes de llegar a la meta, para lo que necesité 19':56", siendo el 86º entre los 136 atletas clasificados. Es una carrera corta, pero durísima, con mucha pendiente, que en sus 3,6 kilómetros -de los que el primero es llano y tiene una pronunciada bajada después de la tremenda primera subida al cementerio- asciende hasta los 200 metros. La foto que ilustra este post no refleja fielmente cómo me sentía en ese momento y, tal vez, Patxi Eraso y Juana Mari Usabarrena han recurrido al photoshop para sacarme con un aspecto menos cadavérico que el que sentía en mis piernas, en mi corazón y en mi cabeza.
 
A mis compañeros de equipo no les fue mucho mejor. Iñigo -que venía de ser cuarto en la subida a Igeldo- se tuvo que conformar con en puesto 30º. Manex fue el que mejor se desenvolvió, llegando muy cerca de Iñigo, 33º, a sólo 17". Mikel fue el 37º, por delante de Claudia Behobide, que fue la primera mujer. Eñaut, que a la mañana había corrido 1.000 metros, en pista, en 2':54" (¡Olé!), fue el 51º.
 
En la salida, Pedro, de rojo, a la derecha, por delante
 de Claudia Behobide, de azul, con gorra.
Nuestra compañera de entrenamientos Merche Bautista fue la tercera mujer, llegando unos segundos antes que otro del grupo, Pedro Pérez, que le aguantó hasta muy cerca de la meta y me sacó 1':14" de ventaja.
 
Y mención especial para una clásica: la irundarra Marisol Martínez. Después de los graves problemas de salud que ha padecido, demostró -una vez más- su bravura y espíritu competitivo.
 
No sé si repetiré. Si lo hago, tendré en cuenta lo que decía Benjamin Franklin, a quien también hoy cito en este foro: 'Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces'; porque para hacer esta subida, hay que estar muy fino.

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