Bod Dylan en 1963. |
Hoy hemos sabido que la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich, de 67 años, es la ganadora del Premio Nobel de Literatura, en cuya quiniela, un año más, aparecía Robert Allen Zimmerman, más conocido como Bob Dylan.
En esta grabación de 1963 aparece un jovencísimo (22 años) Dylan, cantando Blowing in the wind. Su aspecto me recuerda al de Alberto Arberas, atleta, poeta y viceversa, que ha tenido la generosidad de cederme este texto, que es poesía en prosa, con el que espero que disfrutéis tanto como yo he disfrutado con él y como disfruto con las canciones de Bob Dylan. Allá va:
'Dylan es tantos hombres
que despista,
el loco, el cuerdo, el
francotirador de la autopista.'
Con estos versos que usó Joaquín Sabina en el documental 'Tras las huellas de Dylan' doy comienzo a este relato, entrometiéndome en el blog de Gabriel, huyendo del atletismo por unos instantes
y centrándome en este viejo y arisco trovador de Minessota, que atina más cuando
con su vieja guitarra, alimentada de
desamores, desafina una nota .
Bob Dylan en Illumbe |
En cierta ocasión el gran
Keith Richards dijo en una entrevista que Bob Dylan estaba engan-chado a las
líneas blancas, a lo que el entrevistador le preguntó si esas líneas blancas
eran de cocaína. Keith, negándolo con la cabeza, le respondió que a las de la carretera.
Buena fe de ello da su interminable gira de conciertos -que lleva dando desde él
sabe cuándo- llamada 'Never ending tour', y que hace poco ancló su barco en el
puerto de Illunbe para dar un concierto de un sonido impecable acompañado de su
voz de cabra que tanto hechiza a sus oyentes.
Y es que Robert Zimmer-man
tiene algo que no se sabe lo que es, que lo hace grande, lo hace único e
irrepetible; y el mejor escritor de canciones del mundo. Digo escritor de
canciones porque huyo de la palabra cantautor como de la peste.
Quizá algo
parecido debió ver cierto crítico musical en Lola Flores cuando actuó en Nueva
York y escribió en el New York Times aquello de 'No canta, no baila, no es
guapa…no se la pierdan'. Con Dylan pasa lo mismo, tiene una voz rasgada, de vez
en cuando desafina una nota, pero es inigualable. Por no decir no dice ni un
buenas noches en sus conciertos, pero, ¿para qué?, si con sus canciones lo dice
todo.
Huye de la fama hasta tal
punto que alguna vez que le han pedido una firma ha respondido: 'Me han dicho
que se están vendiendo muy caros mis autógrafos por ahí', y se ha dado la
vuelta. Alguna vez que ha tocado en Madrid, ha salido a pasear al Retiro
camuflado en un disfraz, e incluso nunca duerme en la ciudad donde toca. Genio
y figura, arisco, antagonista, y a la vez el mejor. Muchos músicos afirman que
su Knocking at heaven´s doors es la mejor canción escrita en cualquier lengua,
o la historia del boxeador Huracán Carter que cuenta en la canción Hurricane.
Escuchen, comprueben y engánchense a las líneas de Dylan.
Gracias por entrometerte, Alberto.
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