lunes, 22 de enero de 2018

Como un animal

Foto Sky Sports
Hace ya unos cuantos años, en un Lazio-Milan, la hinchada local colgó una pancarta enorme. En ella aparecía un chimpancé con los pies torcidos y un mensaje contundente: Gattuso desciende de los monos’. Al salir al campo, Gennaro Gattuso, mediocentro milanista, se agarró un enfado bestial. Al día siguiente la prensa escribió: ‘Un mandril juega al fútbol mejor que él’. Aunque Gattuso era campeón del mundo y tres veces de Europa, aceptó el juicio. ‘Sólo tengo constancia y ganas de aprender. El único talento que Dios me dio fue no rendirme jamás. Por eso, a veces me miro los pies y digo: ¡Malditos, nunca me dais alegrías!’

Los amantes del jogo bonito dicen que Gattuso –al que sus amigos llaman Rino(ceronte)- es un insulto al balón. Él lo asume. ‘Algunos nacen pianistas y otros cargamos el piano. Así es la vida’. Lo reiteró en el mundial de 2010 cuando un periodista se atrevió a decirle que había sido el mejor del partido. Cualquier otro habría respondido una simpleza. Gattuso no. Gattuso ladró: ‘No insultemos al fútbol’.

Gennaro sabía adónde iba porque no olvidaba de dónde venía. ‘Si naces en Calabria, sueñas con Roma, pero cuando naces en Roma, no sueñas con nada’. Él siempre soñó: al principio con jugar al rugby (algunos dicen que lo consiguió, sólo que en un equipo de fútbol) y después con tener novia. ‘Con trece o catorce años, el principal problema era buscar una muchacha con la que ir al cine. Ahora la juventud sólo quiere juerga. Antes no, antes había respeto. Yo aún cierro la boca cuando mi padre me mira de frente’. Por eso, cuando el Glasgow Rangers le ofreció 250.000 euros anuales, su padre le dijo que se fuera. Gatusso tenía diecisiete años y jugaba en la serie B. ‘No hubiese sido correcto rechazar ese contrato. No cuando mi padre ganaba quinientos euros al mes reparando lanchas de pesca’. Su llegada a Escocia fue dura. Sin sol sin la mamma y sin hablar inglés. ‘Todas las noches cenaba con unos obreros italianos en una pizzería que se convirtió en mi casa’. Al final, como corresponde, se casó con la hija del dueño.

Actualmente, entrenador del Milan
Un año más tarde, el Milan lo fichó por menos de lo que valía. Las primeras temporadas no ganaron nada. Gennaro se sincera: ‘Pensé que era gafe, pero seguí esforzándome. Como un animal’. Ancelotti, entonces su entrenador, discrepa: ‘La importancia de Gattuso era total. Si Pirlo la perdía, estaba Gattuso. Si Kaká se liaba, llegaba Gattuso. Si el árbitro se equivocaba, le gritaba Gattuso. Era el alma del equipo, la prueba de que en el fútbol –como en la vida- es posible aprender, progresar y ser feliz’. Gattuso se enfada y gruñe: ‘Yo ya era feliz cuando jugaba al fútbol en la playa y vendía pescado en el muelle, cuando iba a los entrenamientos en Vespa. Lo único diferente en mi vida es la cuenta corriente. No merezco tanto dinero’.

A veces, la hombría tiene forma de animal. Sólo la forma.

Artículo firmado por Ignacio Uría en la revista Nuestro Tiempo (primavera de 2017)

3 comentarios:

  1. Cómo nos vendría un "Gattuso" en la Real, donde una horrible planificación amparada por un acomodadísimo presi (sí, aquel que tartamudeando explicó que acudían para rescatar a la Real, sin apego ninguno al cargo, que en cuanto enderezasen el rumbo dejarían paso) ha desembocado en un equipito al que un buen amigo de largo recorrido llama "las chicas de Eusebio". Lo suscribo al 100%.

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  2. Unas décadas antes, hubo un jugador italiano similar al que un grupo de música de los más famosos en Italia le dedicó esta canción:
    https://www.youtube.com/watch?v=G2kjGmxfohE

    Que bien le sirve igualmente a Gattuso...

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    1. Oriali? También me acuerdo de Conti, campeón del mundo en España 92.

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