
El pasado lunes, en
un día de perros, con viento, frío (4º), lluvia torrencial y hasta aguanieve,
el japonés Yuki Kawauchi dio lustre al palmarés de la prueba, pues
representa el paradigma del atleta popular, capaz de plantar cara a los
profesionales del asfalto.
Este conserje de
instituto, que trabaja como tú y como yo, tiene 2:08:14 en maratón, conseguidos
en Seul el año 2013; y 1:02:18 en medio maratón. Vemos, que popular, sí, pero
no es un ‘piernas’ ¿verdad?
Conocido en su país
y cada vez más fuera de Japón como citizen
runner, el de Boston era su cuarto maratón de este año, tras haber corrido
en Marshfield (USA) en 2:18:59, en Kitakyushu (Japón) en 2:11:46, y en Taipei
(Taiwan) en 2:14:12. Y ha ganado los
cuatro.

Geoffrey Kirui, ganador en 2017, que salía con el dorsal 1 y era el gran favorito,
fue superado en el kilómetro 40, a poco más de una milla de la meta y terminó
en 2:18:23, por 2:15:58 del japonés; una marca impropia de un Major, pero entendible teniendo en
cuenta las condiciones atmosféricas que tuvieron que padecer los treinta mil
valientes que se echaron a la carretera. Entre esos valientes, cuatro Donostiarrak, a los que iré citando por
su orden.
Alberto Manzanares terminó en
2:51:57 y fue 5º entre los mayores de 50 años. Le vemos en la foto y así cuenta
su experiencia: ‘… lo más duro que he
corrido en mi vida. Nieve, agua-nieve, agua, viento, cuestas, bajadas, pero con
una ciudad que te arropa y te hace no abandonar…’ Tremendo.

Iñigo González
Ayerbe, con quien me
cruzo muchas madrugadas (más bien noches) corriendo por La Concha, terminó su
14º maratón en 3:11:23. ‘… La maratón más
dura hasta ahora, por el circuito y el tiempo, mucho frío, lluvia, viento y algún
chaparrón…’
Aiert Ayestaran, que acabó en 3:24:26, se limita a
decir: ‘We did it’.
Bravo por los cuatro… y por Yuki Kawauchi.
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