viernes, 12 de febrero de 2021

Los tres filtros de Sócrates

Cuentan que un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar así:

- Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando mal de ti.

Sócrates lo interrumpió diciendo:

- Espera. Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?

- ¿Los Tres Filtros?

- Sí -replicó Sócrates- El primer filtro es la verdad. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?

- No... Lo oí decir a unos vecinos.

- Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la bondad. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?

- No, en realidad no... Al contrario.

- ¡Ah! -interrumpió Sócrates- Entonces vamos al último Filtro. ¿Es necesario que me cuentes eso?

- Para ser sincero, no... Necesario no es.

- Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido.

Desde el pasado 14 de marzo de 2020 me he manifestado repetidamente respecto de la deriva -a mi modo de ver, equivocada- de las autoridades (sean de la jurisdicción y del signo que sean) en cuanto a las medidas tomadas para ¿atajar? la pandemia, en una huída hacia adelante de privación de derechos fundamentales para los ciudadanos.

Esa posición me ha llevado a tener que vivir situaciones desagradables, incluso en entornos próximos y supuestamente confortables. 

En aras de priorizar la convivencia, he tomado la decisión de guardar silencio sobre esta cuestión por que no sé si lo que yo pienso se compadece con la verdad, es evidente que esos pensamientos son negativos y tengo serias dudas de que alguien le pueda interesar lo que yo pueda pensar o decir al respecto.

Muchas gracias a todos por la paciencia que habéis tenido conmigo en estos eternos once meses... y los que nos quedan.

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