lunes, 30 de noviembre de 2020

Loba negra

Si Reina roja la ventilé en dos días, la segunda parte de la trilogía: Loba negra, me ha llevado otros dos, con alguna larga sentada y decenas de escapadas para leer un par de capítulos, aprovechando algún minuto de tregua en mis quehaceres diarios.

Arranca donde termina la primera y nos lleva a un nuevo escenario: Marbella y la costa malagueña, donde asistimos a una compleja trama con algunos mafiosos rusos como protagonistas, ajustes de cuentas, policía locales impotentes para hacer frente a la delincuencia organizada y nuestros dos protagonistas: Antonia Scott y Jon Gutiérrez, que no son muy bien recibidos por allí.

Entra en escena una nueva protagonista: Loba negra, una asesina profesional con una misión que... bueno, no daré más detalles para no desvelar la trama.

Como en la primera entrega, acción a raudales, sorpresas por doquier, capítulos cortos e intensos, diálogos brillantes, comentarios ingeniosos y hasta un punto de humor.

Hoy mismo empiezo con Rey blanco, que cierra la trilogía y que, espero, me tenga tan 'viciado' como lo he estado la semana pasada con las dos primeras entregas. 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Hoy era el día

Hoy era el día D pero a la hora H yo ya llevaba un buen rato en casa, me había duchado y había desayunado después de un rodaje alegre de 10,85 kms, que arrancaba a las 6:01 y terminaba 53':44" después. 

Hoy era el día en el que tenía programado el que, probablemente, fuera mi último maratón. Hoy era el día, porque la temperatura era ideal para correr, no hacía nada de viento y en la segunda mitad de la carrera, cuando me suelo quedar helado, me hubiera calentado el sol, no demasiado, sólo lo justo para que el frío no se sumara a la fatiga.

Hoy era el día en el que debía presentar los resultados de una preparación que empezó aquel lejano 2 de mayo en el que nos dejaron salir a correr, después del confinamiento salvaje al que nos sometieron desde el 14 de marzo.

Hoy era el día sí, pero no había maratón, no había dorsal, no había nervios, no había personas animando, no estaban familiares y amigos interesados por mí y por miles de atletas, faltaban avituallamientos, voluntarios, puntos kilométricos, liebres, música, cronómetros. Lo dicho: no había maratón porque la actividad deportiva ha pasado a engrosar la cada vez más amplia lista de los chivos expiatorios elegidos por quienes arbitrariamente ejercen el poder: los bares, los botellones, el Muro de Sagues, los actos culturales que escapan a la élite...

Todo esto no ha arredrado a algunos valientes que hoy, 29 de noviembre de 2020, han corrido 42,195 metros, solos o acompañados, rebelándose o adaptándose a las circunstancias.

El primero del que he tenido noticia ha sido Txelu Del Sol, que ha arrancado a las 7:19 en los polígonos de Hernani, por los que no ha parado de girar hasta completar su particular maratón en 2:55:34.

Un poco más tarde, me han llegado noticias de Carol Castellanos, que se ha recorrido todo Donostia para hacer su maratón en 3:29:34.

Me consta, aunque no tengo evidencias, que varios Donostiarrak han sido fieles a su cita anual. Apostaría a que Iñigo González Ayerbe es uno de ellos, porque le he visto, acompañado de otros, allá por el Tenis, poco antes de las siete de la mañana.

Me gustaría saber quiénes han sido, que han hecho, por qué lo han hecho, para qué, qué obstáculos han tenido que salvar, antes y durante la carrera, cómo se han sentido, qué han echado de menos, qué ha sido lo más satisfactorio...

Lo decía ayer Javier Colomo: 'Matarse a entrenar, sufrirse a uno mismo, inventarse una razón que le dé sentido............La Maratón……….Nos vemos en el asfalto.'

¡Ojalá! sea pronto, con nervios, con dorsales, con público animando, con nuestros familiares y amigos apoyándonos, con avituallamientos, con voluntarios, con liebres, con puntos kilométricos, con música, con cronómetros, sin tráfico y sin las injustificadas mascarillas.

viernes, 27 de noviembre de 2020

10 K Alcobendas

El pasado domingo se celebró en Alcobendas una carrera de 10 kilómetros en ruta, con gran eco mediático por la victoria del también mediático Fernando Carro, que consiguió la mejor marca española en la distancia: 27':46"; marca que, al parecer, no será homologada porque el circuito tiene un desnivel favorable de 86 metros, un 0,86%.

Entre los 42 clasificados de la élite, con un tiempo de cierre de 31':43", aparece el joven atleta gipuzkoano Alexander Oiarbide, que hizo 30':35" y también el triatleta Iván Raña (31':30").

Fue una carrera de gran nivel, con 3 atletas por debajo de 28', 6 por debajo de 29', 19 por debajo de 30' y 37 por debajo de 31'.

Y en la carrera femenina, la obstaculista Clara Viñaras, ex-atleta del Super Amara B.A.T., fue segunda con un tiempo fantástico: 32':42".

Pero por encima de esos datos estrictamente deportivos, quiero poner 'en lo alto de la mesa', como decía un compañero cordobés, que se pudiera celebrar la carrera en estos tiempos de nueva subnormalidad que estamos padeciendo, especialmente en Euskadi, en lo relativo a la práctica deportiva, chico expiatorio de la ineptitud de nuestros gobernantes y de la falta de cultura deportiva de la población en general, que no sale del fútbol y de la adoración de un personaje como Maradona, a quien deseo que tanta paz lleve como descanso deja en la Tierra.

En Alcobendas se celebró una carrera y mucho más. ¡Qué -sana- envidia!

jueves, 26 de noviembre de 2020

Gambito de dama

Siete capítulos en seis días. Seis sesiones de bici: 193 kilómetros en seis horas y seis minutos. Eso me ha llevado Gambito de dama, serie que me recomendó mi hija... y también alguien más (¿Alex Naya? ¿Juan Car Arregi?). 

Una buena recomendación, con un matiz: mis expectativas eran tan altas, que me he quedado con las ganas, solo un poco ¿eh? Me encantaría que hubiera una segunda temporada.

La serie nos cuenta la historia ficticia de Beth Harmon, una huérfana de padre desconocido que pierde a su madre en un accidente de coche y recala en un horfanato, en el que aprende a jugar al ajedrez, desarrollando un talento que la llevará a la élite mundial siendo poco más que una adolescente. En medio, una adopción complicada, adicciones múltiples a las drogas y el alcohol, una vida desestructurada y distintas personas que se van cruzando en su vida y son su soporte.

De factura exquisita, recrea el ambiente y el entorno de los Estados Unidos a caballo de las décadas de 1950 y 1960, con el trasfondo de la guerra fría y el apabullante dominio de los ajedrecistas los la Unión Soviética.

Los que entiendan y dominen el juego del ajedrez -no es mi caso- disfrutarán de detalles de grandes partidas, acompañadas de una fantástica banda sonora, que también podemos apreciar en algunas escenas más sórdidas de drogas y alcohol.

La soberbia interpretación de la protagonista, Anya Taylor-Joy, contribuye a dar credibilidad a un personaje que sería algo así como una Maradona del ajedrez, una mujer con un talento excepcional para el juego; y una enorme  incapacidad para gestionar su vida fuera de un tablero de 64 escaques.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Reina roja

Mientras escucho en la radio hablar de la muerte, la vida y milagros de Maradona hasta el hartazgo, os voy a contar mi última lectura, una novela que compré para mi e-book la noche del domingo (22/11) y terminé de leer ayer por la noche (24/11). En dos días. Me la recomendó mi hija y me atrapó desde la primera línea.

Después de una novela densa y profunda, como Berta Isla, una gran novela, me he pasado a un autor del que no había leído nada, Juan Gómez-Jurado, con un estilo mucho más directo, ritmo y acción trepidantes, personajes insólitos, giros inesperados, sorpresas a granel y humor inteligente.

En el epílogo de la novela, el autor nos pide dos favores. El primero es que no hablemos a nadie del final ni hagamos comentarios en las redes sociales acerca del final. He disfrutado tanto que por supuesto que le haré ese favor. 

Es un thriller policiaco, con algunos personajes reconocibles y otros excepcionales. No os contaré más.

Os invito a leerla, en la seguridad de que vais a disfrutar de la novela. Y esta distopía que nos está tocando vivir... y va para rato, seis o siete horas de lectura apasionante son un buen analgésico.

Yo acabo de comprar la secuela: Loba negra. Ya os contaré. 

domingo, 22 de noviembre de 2020

Berta Isla

26/12/2017 es la fecha que aparece en el ticket del fnac de Donostia. La novela la compró mi hija (20,80€) y después de leerla se la pasó a mi mujer. Llevaba más de dos años en una estantería, hasta que el pasado viernes 13, al ver que mi e-book se había quedado sin batería, le di una oportunidad. 

La traducción de una oportunidad son cincuenta páginas. Apenas necesité veinte para engancharme y buscar un rato cada día, o más, para volver a la excelente prosa de Javier Marías, un autor que tengo muy poco leído. Si la memoria no me falla, leí Corazón tan blanco (que me encantó) y Mañana en la batalla piensa en mí (que me gustó menos).

Berta Isla (bonito nombre) es una historia de amor, de misterio, de peligros evidentes y soterrados, de engaños sucesivos y prolongados, de silencios eternos, de una época, que abarca desde la transición en España hasta el final de la guerra fría. 

Berta Isla son dos historias paralelas de dos personas que se aman, se necesitan, se complementan y, sin embargo, viven separadas, casi ajenas la una de la otra, 'esa clase de personas que no se ven protagonistas ni de su propia historia, sacudida por otros desde el principio; que descubren a mitad de camino que, por únicas que todas sean, la suya no merecerá ser contada por nadie, o será sólo objeto de referencias al contarse la de otra, más azarosa y llamativa, y sobre todo más elegida.'

En una novela densa (543 páginas), de digestión lenta, en la que el cómo se cuenta es tan importante o más que el qué, con reflexiones sobre el amor, el miedo, la vida, la familia, el trabajo y el rol que cada uno juega o le dejan jugar en el mundo.

Tomando una frase que se retuerce a lo largo de los diez capítulos: 'Y si se da, no se habrá dado, porque de hecho no se dará aunque se dé.'


sábado, 21 de noviembre de 2020

Fariña

Empecé a verla el pasado miércoles en mi sesión diaria de bici estática y me ha acompañado durante diez capítulos, casi diez horas, en las que he recorrido 309 kilómetros. 

Con un ritmo trepidante, Fariña nos introduce en el mundo del contrabando de tabaco y en el narcotráfico en las costas gallegas en los años 80 y 90 del siglo pasado. Basada en hechos y personajes reales, repasa la trayectoria de los principales capos de la droga, su imbricación en la sociedad civil, sus conexiones policías, políticos, jueces... su aceptación social, su caída en desgracia...

Cuenta con interpretaciones muy sólidas, entre las que destacaría las de las mujeres: madres, hijas, esposas y hermanas de los protagonistas, que viven en un entorno absolutamente machista y son el soporte de familias en apariencia normales; personajes muy secundarios, a la vez que claves para entender la trama y dar cohesión, contexto y coherencia a las historias que nos van contando.

Para mí, que trabajé seis años (entre 1978 y 1984) en Azkuene, un barrio a caballo de Donostia y Pasaia, que entonces tenía mucha población gallega, tiene un punto de nostalgia y de añoranza del idioma, las expresiones y la musicalidad de esa lengua.

La banda sonora es magnífica, hasta el punto de que, cuando sonaba alguno de sus temas, me ponía a pedalear como llevado por el diablo. Aquí tenéis un ejemplo.

Tan adictiva como la coca.

Siguiendo varias recomendaciones, hoy he empezado con Gambito de dama. Ya os contaré. 


jueves, 19 de noviembre de 2020

Aquel maratón de 1987

El pasado domingo por la noche, atribuyéndome recursos que exceden mi capacidad, Mikel me pidió la clasificación del Maratón de Donostia de 1987. Recurrí a la F.A.G. y gracias a los buenos oficios de su secretario, la conseguí y se la pude mandar ayer. Esa clasificación tiene una pega: solo aparecen atletas federados y, por lo tanto, faltan los populares que no lo estuvieran.

El ganador fue un atleta toledado de 27 años, Juan Francisco Romera, un rubio casi albino de 1.72 metros de estatura, de correr fácil y elegante, que tres años después, en Londres, haría record de España con 2:10:48 (22-04-1990).

El tiempo de Romera fue de 2:11:52 y dos años después (1989), al medirse el circuito porque se había batido el record de España, dio un resultado de 41.733 metros, por lo que todas las marcas de esos años quedaron invalidadas.

Repasando esa clasificación, me encuentro con que el cuarto clasificado fue Fermín Martínez (2:21:24), que años después ganaría en Donostia, una mañana fría y lluviosa. 

Quinto fue un jovencísimo atleta de 21 años: Alberto Juzdado (2:22:06) y el primer gipuzkoano fue el tolosarra Enrique Martín Portu, octavo con  2:23:57. Iosu Mancisidor (16º) hizo 2:26:13, el ya entonces veterano Enrike Kabiketa (17º) 2:27:08 y un joven Ramón Jausoro (21º) 2:28:54.

Para mi sorpresa, me encuentro a continuación con un atleta gallego: José Antonio Varela, 22º en 2:29:20. Entonces tenía 30 años y trabajaba, como yo, en una Caja de Ahorros. Le conocí unos años después, quizá en 1993, en Alemania, cuando ganó el Sparkassen Marathon, una especie de Campeonato de Europa de empleados de Cajas de Ahorros. Había jugado al fútbol en el Deportivo de La Coruña y, entre los korrikalaris de kutxa era célebre la frase con la que explicaba sus no-entrenamientos: 'Cuando llueve, no salgo; y cuando me canso, me paro.' Dicho con un fuerte acento gallego y justificando sus ¿malos? tiempos por lo ¿poco? que entrenaba. Ganó muchas más veces el Sparkassen Marathon y era todo un referente entre los runners del gremio. Un fenómeno.

La ganadora fue María Luisa Irízar (2:36:11) que entonces tenía 23 años y Rosi Talavera, con 26 años, acabó en 2:43:04. Dos atletas menudas, míticas y pioneras.

Al menos 281 atletas bajaron de tres horas y el último atleta federado llegó en el puesto 713, marcando 4:33:36.

Hasta ese maratón de 1987 yo sólo había corrido dos carreras: la B/SS de 1986 y la Media Maratón del Laister, en abril de 1987. Mi tercera carrera fue la B/SS de 1987, que acabé en 1:25:25. Tenía entonces 32 años y me asomaba al incipiente atletismo popular.

Entonces, nuestro maratón era el mejor de los que se celebraban en España, donde se hacían las mejores marcas. Yo debuté en 1990 con un circuito que sí medía 42.195 metros, en que acabé en 3:04:57, después de encontrarme de bruces con el muro, al poco de pasar por el kilómetro 30, en 2:00:00.

Y en 1993 el Maratón de San Sebastian consiguió ser la sede de la V Copa del Mundo de Maratón. Aquel 31 de octubre hice mi mejor marca: 2:40:45... pero esa es otra historia.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Miedo

En la página 278 de Berta Isla, su autor, Javier Marías, pone en boca de su protagonista esta frase: '... Y al miedo le trae sin cuidado casi todo, no se detiene en lo que está bien o está mal, en lo que es proporcionado o desproporcionado, en los crímenes, en las consecuencias, y desde luego la justicia le trae sin cuidado...'

Llevamos 8 meses gobernados por el miedo, conviviendo con el miedo, sometidos por el miedo, instalados en el miedo, que nos lleva a aceptar lo inaceptable, lo desproporcionado y lo injusto.

En algún momento, por las buenas o por las malas, saldremos de esta distopía; y no sé si entraremos en algún escenario homologable a la normalidad o, a lo peor, en otro donde el miedo siga onmipresente.

De lo que yo tengo miedo es del miedo de los demás. Por eso, y no por temor a la pandemia, vivo en un confinamiento cada día más estricto, cada día salgo menos y cada día me incomoda más percibir el miedo en los ojos de toda clase de personas, de cualquier condición, cubiertas con mascarillas de todos los colores, calidades, prestaciones y diseños.

Esta mañana, he salido de casa a las 6:00 porque antes no me dejan. Con el coche, he ido a Anoeta y he corrido allí durante 57 minutos, en los que me he cruzado con un señor que paseaba un perro, un barrendero y otros dos chalados como yo: un chaval muy joven y un tipo muy alto de mediana edad. Yo percibo que nos miramos raro y quizá yo también lo hago.

A las 7:25 estaba de vuelta en casa, me he lavado las manos, me he duchado, he desayunado, y acabo de volver de una breve salida para comprar el pan, tras lo que he vuelto a lavarme las manos. Aprovechando que hace muy buen día, he abierto todas las ventanas de casa, para que se ventile bien. Salvo que sea estrictamente necesario salir por alguna razón, seguiré en casa hasta mañana a las 6:00.

De lo que tengo miedo es de tu miedo (William Sheakespeare)

lunes, 16 de noviembre de 2020

El falso amigo

Como de costumbre, se levantó muy temprano, antes de que sonara el despertador. Había dormido solo y mal, también como de costumbre, después de pasar la tarde del domingo en casa de Julia, ver una película y echar un polvo poco más que profiláctico, pero necesario para Miguel que, a sus setenta años, seguía conservando la pulsión sexual que siempre le había atormentado y reconfortado, casi en la misma medida. Su cuerpo estaba con Julia, pero su mente se perdía en la embriagadora sonrisa de Goretti y en su fascinante cuerpo de 26 años, imaginándola desnuda y a su merced.

Ni Julia ni él eran especialmente duchos en la cocina y con los bares cerrados, cenaron una ensalada de tomate que sabía a plástico, un bocadillo de salmón ahumado con aguacate, regado con media botella de verdejo, y un yogur, tras lo cual cogió la moto para estar en casa antes de las diez de la noche, hora del toque de queda. 

Leyó un rato, hasta que le entró el sueño, que apenas le acompañó unas pocas horas. Cuando miró el reloj del móvil, que estaba en silencio sobre la mesilla, marcaba las 2:34. Volvió a coger el libro, pero no conseguía concentrarse en la lectura, de modo que hizo un nuevo intento, que se saldó con el mismo resultado.

Fue a la cocina, de preparó un café, comió un par de galletas, se puso el culotte y el maillot y se subió a la bici estática, poniendo una toalla debajo. Conectó los auriculares al equipo de música y dejó que Spotify eligiera por él. En una hora rodó 35 kilómetros a un ritmo constante, sin levantar el culo del sillín.

Acabó empapado, se rehidrató con una Coca Cola, se duchó, se afeitó y se preparó un buen desayuno: bocadillo de jamón, zumo de naranja, un plátano, dos tostadas con mantequilla y mermelada y un tazón de Cola Cao.

A las 7:30 salió a la calle, bien provisto de su mascarilla. Aunque lloviznaba, bajó andando hasta la ONG de la que le acababan de nombrar presidente. Los numerosos contactos y relaciones labrados en su etapa laboral le habían abierto muchas puertas para tener una jubilación activa, sin apenas relevancia social, pero con mucha influencia en ámbitos sanitarios, económicos y deportivos.

A él le complacía ese papel en la sombra y esa sensación de manejar los hilos por encima del escenario. Otros por él tomaban decisiones incómodas, mientras Miguel levitaba por encima del bien y del mal. Llevaba cincuenta años haciendo lo mismo y había dejado por el camino dos matrimonios rotos, el suyo y del Julia, casada con uno de sus mejores amigos, uno de tantos de los que había ido prescindiendo a medida que no le resultaban útiles.

Seguía siendo un tipo ingenioso, gran conversador, con un talento muy superior a la media, y contaba con muchos amigos, o más bien palmeros, que le seguían riendo las gracias, le acompañaban en sus actividades sociales y deportivas y se sometían con gusto al trato displicente que les dispensaba.

A las ocho había quedado con uno de ellos, con el que había compartido militancia política en los años de la transición, ahora exitoso empresario, al que iba a tentar con una colaboración que podría resultar beneficiosa para la ONG y, ya de paso, también para él. Aunque habían coincidido con frecuencia en distintos actos sociales relacionados con la actividad de la ONG y en alguna excursión cicloturista, antes del confinamiento, llevaban años sin tener una conversación seria y, revisando los últimos e.mails que se habían cruzado, intuía que la reunión podría escapar de su control.

A pesar de la lluvia, esperó en la calle para recibir a Patxi, que llegó puntual, a las 7:59 y rechazó el saludo con el codo que le ofreció Miguel.

'Déjate de chorradas y vamos p'adentro que nos estamos mojando'


domingo, 15 de noviembre de 2020

Bataplán 8.0 Volveremos

Hace dos domingos, el 1 de noviembre, decíamos: 'El domingo que viene, volveremos a Bataplán 8.0'. No pudo ser. El castigo al que el Gobierno Vasco ha sometido a los deportistas, sin ninguna evidencia de que la práctica de la actividad física al aire libre contribuya a la propagación del virus Covid-19, impidió que volviéramos a juntarnos y llevamos ya una semana en la que cada uno se busca la vida para correr.

En mi caso, he abandonado el plan maratón ante la evidencia de que será imposible correr uno, siquiera 'clandestino' , a corto o medio plazo. Es una decisión que tomé el martes después de completar, bajo un diluvio implacable, 15 kms, que incluían 5x2.000 metros, calculados con el Garmin, recuperando 2':30" al trote, porque era imposible estar parado con la que estaba cayendo a partir de las seis y media de la mañana. Terminé empapado, con las manos congeladas y con la moral por las nubes.

Desde ese día, tengo nuevo escenario para entrenar: la vuelta al Reale Arena y el Mini-estadio de Anoeta, un circuito de mil doscientos metros escasos, al que di diez vueltas el miércoles en 1:01:20, en 59:25 el jueves, en 57:45 el viernes, en 56:33 ayer y en 55:34 esta mañana, arrancando a las 6:10.

Ya tengo tomadas referencias cada cien metros, aproximadamente, para hacer series de mil metros o más cortas, en las que pondré el foco para el o los días que toque entrenamiento de calidad, hasta que se atisbe la posibilidad de volver a correr y competir. 

También tengo a mano las escaleras que llevan a la plaza de toros y las cuestas que suben desde allí hasta Miramón. Para el resto de los días, a dar vueltas a razón de 950-1.000 pasos por vuelta. Yo solito.

Hasta que podamos volver a juntarnos, en Bataplán o donde sea. 

'La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar.' (Francis Scott Fitzgerald)

sábado, 14 de noviembre de 2020

Cobarde y delator

Tu luz se apagará algún día

También la mía

Y la de todos

Mientras

Vives en la vulgaridad, en la opacidad

En la sombra, en la nocturnidad

Y en la alevosía

Has vendido tu vida

Y te han pagado con una existencia desahuciada

Sin proyectos, más allá de seguir respirando el aire viciado que te rodea, con un aura fétida

Sin importar con quién estés, estás siempre solo

¿O sola?

A solas con tu egoísmo y con la subsistencia mezquina y usurera que has elegido

O que otros han elegido para ti

Los enemigos anónimos que estás engendrando

Ya están formando un pasillo para ver desfilar tu cadáver

Vil, quejumbroso, pusilánime, infecto y abatido

Cobarde y delator










Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (Cesare Pavese)

viernes, 13 de noviembre de 2020

Borgen

Para combatir la monotonía de mis sesiones de bici estática, recurro a la visión de series de televisión que me recomienda mi mujer. En el confinamiento, empecé con La casa de papel, y la última que he visto y acabé la semana pasada es Borgen, una serie danesa que tiene como protagonista a una política 'distinta', que llega por sorpresa a ser primera ministra.

En paralelo, nos mete en la redacción y los estudios de una cadena de televisión y de un periódico sensacionalista, mientras nos va contando las relaciones entre la política y unos medios de comunicación en crisis de identidad y esclavos de las audiencias.

Borgen es como se conoce en Dinamarca al palacio de Christianborg, sede de los tres poderes del estado y oficina del Primer Ministro.

Los otros escenarios principales de la serie son los estudios de televisión TV1, la redacción del periódico Ekspres y la casa familiar de la primera ministra.

En sus tres temporadas, nos va contando el ascenso de Birgitte Nyborg, sus problemas para conciliar su vida familiar con la exigencias de la política, las intrigas palaciegas y los vaivenes de la prensa, con puertas giratorias con los gabinetes de comunicación de los políticos.

Acostumbrados a la vida política en España, llama la atención que muchos políticos, incluida la primera ministra, utilicen la bici para desplazarse, no haya casos de corrupción y sean tan accesibles a los medios.

A mí me ha encantado la serie y la recomiendo de verdad, haciendo una salvedad. Los 10 capítulos de la primera temporada están doblados al español y uno se familiariza con las voces de sus protagonistas. Sin embargo, los 20 capítulos restantes (10 de la segunda y 10 de la tercera temporada) están doblados al español que se habla en sudamérica o EE UU y cuesta acostumbrarse al cambio de registro.

En todo caso, una obra maestra sobre los entresijos de la política... y de la prensa.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Basapiztien 12 probak. Urria

La prueba de octubre de Basapiztiak tuvo como escenario las laderas del monte Ulia. Un recorrido de 4,39 km con una cota mínima de 93 metros y una máxima de 201, con salida y llegada en el mismo punto. 

Por las zapatillas que trajo Iñigo, había barro a discreción y podríamos calificarla como una prueba para especialistas en carreras de montaña. Por consiguiente, es normal que el ganador fuera Iñigo Gurrutxaga, cuyo tiempo (21':08") no pudo ser mejorado por Iñigo Beldarrain (22':02") en ninguno de sus dos intentos, en los que, además, las dos veces se confundió de camino.  

 

Tercero fue Ander Goenaga, segundo en la clasificación general, que lidera Iñigo Beldarrain. Tercero se pone Iñigo Gurruchaga


Yo no participé esta vez y esta fue la clasificación de los chicos:










 



En cuanto a las chicas, Ane Fernández fue la ganadora y lidera la clasificación general, en la que le siguen Amaia Zumalde y Iera Iruretagoiena


Esta fue la clasificación de las chicas:









La prueba de noviembre, ya en marcha, es un homenaje a la B/SS. Se trata de correr 20 km y da igual el recorrido. Como dicen en su nota interna, vale igual que se hagan bajando el Tourmalet... o subiéndolo. Yo ya la hice el pasado día 7 con Iñigo, que me imagino que repetirá para hacer un tiempo más acorde con su capacidad. Os lo contaremos en diciembre.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Misa de 12

Desde que vio que algunos políticos de referencia asistían regularmente a misa -y hasta alardeaban de ello- retomó la vieja costumbre y si el domingo estaba en el pueblo, por no tener ningún acto oficial en su agenda, asistía a la que cuando era un niño se conocía como la Misa Mayor.

Su presencia en esa misa, acompañado siempre por su mujer, derivó en un aumento del aforo de la iglesia, que contrastaba con los bancos casi vacíos de los meses y años precedentes.

Lo de la pandemia, con el confinamiento decretado por el Gobierno de España el 14 de marzo, trajo en cadena el cierre de las iglesias. Cuando volvieron a abrir, con el aforo a un porcentaje más que suficiente para satisfacer las necesidades espirituales de los parroquianos, dejaron pasar el primer domingo y volvieron al siguiente

Así pues, volvió a la misa de 12 de los domingos, con el complemento de la mascarilla, imprescindible en cualquier aparición pública, fotografía, reunión, visita o entrevista en la que estuviera presente.

Eran las once y media de una mañana soleada de otoño y se había terminado de vestir la ropa que su mujer le había dejado encima de la cama: traje azul marino, camisa blanca, corbata azul muy oscura, casi negra y una mascarilla, también negra, con una discreta inscripción a favor del euskera, en letras blancas, verdes y rojas. Le extrañó lo del traje, porque los domingos se vestía con prendas menos formales, pero no dijo nada. Aunque era persona con mucho poder, sabía dónde ejercerlo y dónde actuar con la sumisión que se le supone al marido y al yerno ideal que era para todas las mujeres de su entorno y también para sus votantes.

Llegaron a la iglesia a las 11:55. Como de costumbre, tomaron asiento en el cuarto bando a la derecha, rezaron, cantaron, comulgaron y participaron en la liturgia como buenos católicos.

A la salida, el momento más embarazoso, compartieron alguna breve charla con familiares y vecinos, mientras los escoltas, discretamente, observaban a unos metros de distancia.

Cuando ya estaban abandonando el recinto, se le acercó Miren, amiga de su madre y como de la familia; una viuda de más de ochenta años, con una envidiable vitalidad y mucho peso en el pueblo, de cuya corporación municipal formó parte hasta que fue sustituida en las listas por su hijo, un médico del hospital comarcal más próximo, con el que había ido a la ikastola.

Miren vivía en la vieja casa familiar, próxima a las pistas de atletismo y el polideportivo, ubicados en la orilla del río, un lugar ideal para correr y hacer deporte. No era la primera vez que le venía con el tema y hasta había escrito dos cartas al director en el periódico, reclamando que quienes salían a correr lo hicieran con mascarilla, como el resto de la población. Hablando de mascarillas, la que Miren lucía ese soleado domingo de otoño se la había hecho su modista y hacía juego con la blusa de Liberty que llevaba bajo el abrigo.

Tras despedirse amablemente de ella, caminaron unos unos pasos agarrados del brazo. Poco antes de llegar a su casa, en una amplia avenida, se cruzaron con un grupo de media docena de runners, sin mascarilla, sudorosos y charlando animadamente entre ellos. Creyó escuchar algún comentario despectivo, haciendo caso omiso. Conocía a alguno de los más jóvenes y dudaba que se contaran entre sus votantes

En cuanto los perdieron de vista, con ese gesto entre amable y severo, con esa mueca a medio camino entre la sonrisa y la recriminación, con ese tono entre severo y sugerente, su mujer le dijo: 'algo tendrás que hacer con eso'.

lunes, 9 de noviembre de 2020

B/SS ¿Virtual o real?

No es una pregunta trampa y la respuesta es obvia: me quedo con la real. Me quedo con el topo abarrotado a la ida. Me quedo con la caminata-calentamiento desde Ficoba hasta Behobia. Me quedo con los saludos, los besos y los abrazos a tantos amigos y amigas con el mismo vicio de correr. Me quedo con la música atronadora según nos aproximamos a la salida. Me quedo con la cuenta atrás. Me quedo con la adrenalina de los primeros cien metros, buscando mi hueco en la carrera, con cuidado de no caerme, como aquel lejano 1991 (foto de abajo), en el que hice mi marca (1:12:12), después de levantarme magullado y contusionado, tras una caída y una manada de búfalos -¿o eran atletas?- que me pisoteaban y no me dejaban reanudar la carrera.

Me quedo con la subida de la Avenida de Navarra, remontando. Aunque lo paso fatal en esa zona, me quedo con los toboganes de Ventas, hasta llegar al alto de Arretxe. Me quedo con la larga subida a Gaintxirizketa, en la que sigo ganando posiciones. Me quedo con la larga bajada hasta Errenteria, que evita los toboganes de Lezo, pero echo de menos el calor de su público, porque trabajé tres años allí (1984-1987) y todavía hay clientes que me animan por mi nombre.

Me quedo con el paso por Errenteria, donde viví de chaval, que me pone la piel de gallina, aunque salga un día caluroso como el de ayer. Me quedo con la agónica subida a Kaputxinos y con el paso por Pasai Antxo, que después de pasar por Errenteria es como un deja vu.

Me quedo con la subida al alto de Miracruz, donde me estará esperando mi familia, los que no corren ese día, y donde siempre está Romain

Me quedo con la bajada hasta la avenida de Navarra y su ¿subida?, puerto hors categorie, cuando llegas tan jodido como suelo llegar yo hasta ahí. Y me quedo con esa larga recta que nace en la Zurriola, atraviesa el Urumea por el puente del Kursaal y desemboca en el Boulevard.

Me quedo con todo eso frente a la alternativa, el sucedáneo, el placebo  que los organizadores de la B/SS: Iñigo, Fernando, Amalur, Arantza, Daniel... nos han recetado este año para paliar el tremendo vacío que nos ha dejado el segundo domingo de noviembre: la B/SS virtual. Eskerrik asko!

¿A qué viene todo este rollo? A la pregunta que me hacía en Facebook Fernando Sánchez, tras publicar el resultado de mi particular B/SS virtual, que consistió en dar 40 vueltas a la moqueta verde del mini-estadio de Anoeta = 20 kms.

Tengo una curiosidad. A ver qué opinas. ¿Crees que hubieses conseguido una mejor marca haciendo el recorrido de Behobia a Donostia a pesar de sus repechos? También tiene sus bajadas, la adrenalina de la carrera y el calor del público. Ahí lo dejo. ¿Qué opinas/opináis? Recorrido Behobia vs 40 vueltas miniestadio.

Contestando a la pregunta, que se ciñe a la marca que hubiera podido hacer, creo, de verdad, que hubiera mejorado esos dígitos de 1:39:31, aunque el recorrido no fuera plano.

Difícilmente hubiera encontrado una liebre mejor que mi hijo Iñigo, pero estoy seguro de que hubiera ido encantado con la que me tocara de 1:40. Con Iñigo fui muchos kilómetros con el freno de mano, temeroso de que me abandonaran las fuerzas al final. No sucedió y terminé muy entero. Con Iñigo ni comí ni bebí nada en los casi cien minutos que estuve siguiendo sus estela. En carrera, hubiera bebido y hasta tomado algún gel, que he descubierto que mi sistema digestivo admite bien.

Con Iñigo fui concentrado en contar las vueltas y hasta los pasos. En carrera, me hubiera evadido con los ánimos del público, con el Pirata, con la gente que me llama por mi nombre y, por supuesto, con quienes me acompañaran desde Behobia hasta el Boulevard.

Y apuesto a que, llegado al km 15 en 1:15, como con Iñigo, con la mente puesta en lo que me esperaba en el alto de Miracruz y la vista buscando la cima, me hubiera dado un subidón, hubiera dejado atrás a la liebre de 1:40, y me hubiera lanzado a la meta, arañando segundos  -y ¿por qué no minutos?- a ese tiempo, que hace un año me hubiera parecido un sueño.

No sé cuántas me quedan a mis 65 años. No serán muchas. Por eso lamento tanto no haber corrido ayer mi 30ª B/SS, aunque la víspera, el día de mi cumpleaños, mi mejor regalo fueron esas 40 vueltas en Anoeta, en compañía de mi hijo.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Ranking de Gipuzkoa de 3.000 metros. Mujeres

El ranking de 3.000 metros de 2020 que publica la F.A.G. en categoría femenina es mucho más corto que el masculino y se focaliza casi en su totalidad en la temporada de Pista Cubierta, a principios de año, antes del estado de alarma decretado por el Gobierno de España, y la paralización de toda competición hasta bien avanzado el verano.

Con las medidas tomadas por el Gobierno Vasco, volvemos a tener paralizadas las competiciones y es poco probable que de aquí al 31 de diciembre ese ranking tenga alguna variación.

Jone Zabaleta (en la foto), inédita el verano, encabeza el ranking con 9:42.05, lejos de los 9:29.11 que tiene. Es la única atleta que baja de los diez minutos, a los que se aproxima Aratz Rodríguez con 10:07.76.

Este es el ranking de 3.000 metros femeninos de 2020, incluyendo la Pista Cubierta y el Aire Libre:

Tras lo que así queda el ranking de la FAG de 3.000 metros femeninos de todos los tiempos, cerrado por debajo de 11':00":










sábado, 7 de noviembre de 2020

Hoy he cumplido 65 años

Hoy he cumplido 65 años y los he celebrado por todo lo alto. He empezado con un buen desayuno y a las 10:00 estaba en Anoeta, donde he dado 40 vueltas a la pista, por la moqueta verde, completando 20 kms en 1:39:31. Ha sido mi B/SS virtual. Con una liebre de lujo, mi hijo Iñigo, tras una salida rápida (primer kilómetro en 4:51), hemos ido hasta el km 17 a 5:00/km y tras apretar al final, he acabado por debajo del objetivo, que era correr a 5:00/km.

Después, nos hemos juntado la familia y hemos disfrutado de una estupenda comida y una más que amena sobremesa, que se ha alargado hasta empalmar casi con la cena. Por eso estoy escribiendo tan tarde. Y por eso tengo pendiente corresponder a todos los que se han acordado de mí en este día tan especial. Eskerrik asko!

En las extrañas circunstancias en las que nos está tocando vivir, con medidas disparatadas y abusivas que atentan a la salud física y mental de los ciudadanos, es un alivio poder hacer algo tan sencillo y tan normal como desayunar a gusto, correr libremente o tener cerca a nuestros hijos.

¡Qué poco hace falta para ser feliz!

viernes, 6 de noviembre de 2020

Ranking de Gipuzkoa de 3.000 metros. Hombres

Dejaremos el ranking de Gipuzkoa de Maratón a la espera de lo que pase en el de Valencia, en diciembre, con al menos Iraitz Arrospide y Eneko Agirrezabal entre los afortunados atletas de élite que podrán correrlo. 

Así que bajamos de distancia y nos quedamos en los 3.000 metros, en su doble versión de Pista Cubierta y Aire Libre.

Como en el 5.000, Aitor Etxeberria (en la foto) domina este ranking de 2020, seguido por Joseba Larzabal y Alexander Oiarbide, los tres por debajo de 8:30.

Juntando los dos rankings de 2020 publicados por la F.A.G., éste sería el resultado:

























































Con estos resultados, así queda el ranking all time, cerrado por debajo de 8':45": 









































































jueves, 5 de noviembre de 2020

Ranking de Gipuzkoa de Medio Maratón

La cancelación de la inmensa mayoría de las carreras programadas a partir del 14 de marzo, ha dejado el ranking de Gipuzkoa de Medio Maratón como estaba en 2019, con la única excepción de Maite Arraiza (en la foto), que corrió el Medio Maratón de Puerto de Sagunto en 1:20:42 y sube al 12º lugar; y de la montañera Maite Maiora, que corrió en Barcelona el 16 de febrero en 1:23:18, colocándose en el puesto 22º de ese ranking.

Además de esas dos carrera, en el ranking de 2020 de la F.A.G. vemos el Medio Maratón de Sevilla (26 de enero), y el paso por el Maratón de Sevilla el 23 de febrero. No han considerado en ese ranking el Medio Maratón de Irun (16 de febrero) en el que la ganadora, Maialen Muñoz ganó con 1:25:06. 

Estas son las 7 atletas que aparecen en el ranking de la F.A.G. No está la líder del año, Maite Arraiza, que supongo que no tiene ficha de la FAG; ni la marca conseguida por Naroa Sagarna en Getafe: 1:23:19.


Salvo error u omisión, éstas son las 20 primeras del ranking all time de Gipuzkoa:


Del 21 al 40:


Y del 41 al 63, cerrado por debajo de 1h:30':


Las subrayadas en amarillo son las marcas conseguidas en 2020.

En cuanto a los hombres, en el ranking de la F.A.G. solo vemos dos: Iraitz Arrospide, que corrió en Puerto de Sagunto en 1:03:44 y Txus Cañas, que en Sevilla hizo 1:16:24.

No aparece Gonzalo Fuentes, que corrió el Medio Maratón de Getafe en 1:08:37 y se mete entre los 25 primeros.

Así las cosas, el ranking de Gipuzkoa de Medio Maratón de todos los tiempos sigue como estaba en 2019. Estos son los 25 primeros:


Del 26 al 50:


Del 51 al 75:


Y del 76 al 99, por debajo de 1h:12':00":


Ya sabéis que agradeceré cualquier aportación y/o corrección que queráis hacer.