domingo, 22 de noviembre de 2020

Berta Isla

26/12/2017 es la fecha que aparece en el ticket del fnac de Donostia. La novela la compró mi hija (20,80€) y después de leerla se la pasó a mi mujer. Llevaba más de dos años en una estantería, hasta que el pasado viernes 13, al ver que mi e-book se había quedado sin batería, le di una oportunidad. 

La traducción de una oportunidad son cincuenta páginas. Apenas necesité veinte para engancharme y buscar un rato cada día, o más, para volver a la excelente prosa de Javier Marías, un autor que tengo muy poco leído. Si la memoria no me falla, leí Corazón tan blanco (que me encantó) y Mañana en la batalla piensa en mí (que me gustó menos).

Berta Isla (bonito nombre) es una historia de amor, de misterio, de peligros evidentes y soterrados, de engaños sucesivos y prolongados, de silencios eternos, de una época, que abarca desde la transición en España hasta el final de la guerra fría. 

Berta Isla son dos historias paralelas de dos personas que se aman, se necesitan, se complementan y, sin embargo, viven separadas, casi ajenas la una de la otra, 'esa clase de personas que no se ven protagonistas ni de su propia historia, sacudida por otros desde el principio; que descubren a mitad de camino que, por únicas que todas sean, la suya no merecerá ser contada por nadie, o será sólo objeto de referencias al contarse la de otra, más azarosa y llamativa, y sobre todo más elegida.'

En una novela densa (543 páginas), de digestión lenta, en la que el cómo se cuenta es tan importante o más que el qué, con reflexiones sobre el amor, el miedo, la vida, la familia, el trabajo y el rol que cada uno juega o le dejan jugar en el mundo.

Tomando una frase que se retuerce a lo largo de los diez capítulos: 'Y si se da, no se habrá dado, porque de hecho no se dará aunque se dé.'


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