Por la mañana, se han casado en una iglesia de Hospitalet, en una ceremonia oficiada por un sacerdote africano, que lleva 7 meses en España y que ha hecho un gran esfuerzo para expresarse en castellano y hasta en catalán, reconocido por una ovación de los asistentes.
Ha sido una boda sencilla, con pocas corbatas, ninguna pamela o similar, en la que nos hemos sentido como en casa, aunque solo conocíamos a la novia, a sus padres y a su hermana, de la misma edad que nuestra hija, con quienes mantenemos una amistad que se inició hace 17 años en Boi Taull.
El banquete -estupendo- ha sido en un restaurante en primera línea de la playa de Vilanova y la Geltrú y el baile no ha empezado hasta las 19:00 horas, después de que Eva haya dedicado una poesía a su hermana, Xavi se haya marcado un monólogo digno del Club de la Comedia dedicado a su hermano, y la chica que los presentó haya contado el nacimiento de una preciosa historia de amor entre una chica 'adorable y bondadosa' y un chico 'gracioso y un poco tocapelotas'. ¡Ah! los dos son hermanos mayores -como yo- y se les nota.
Y el primer baile no ha sido un vals, sino una samba, magníficamente ejecutada por los novios. A partir de ahí, nos hemos divertido de lo lindo, bailando sin parar todo tipo de ritmos hasta que a las 21:45 ha terminado la fiesta con el Last dance de Donna Summer.
Una boda distinta a las que conocemos por aquí, como un musical de andar por casa, con un guión perfectamente interpretado por lo novios, que nos han a todos partícipes. Por cierto que el novio, 'el Xavi' -ya sabéis que los catalanes le ponen el artículo por delante a los nombres- me ha parecido un gran tipo. Y no trabaja en el Banco Santander, aunque vistiera una corbata roja, algo poco común en las bodas que conocemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario