jueves, 7 de diciembre de 2023

Maratón de Valencia. Pablo Salaverría. De bajar de 2:15 a terminar en 2:45:25

El domingo, cuando iba con mi hijo Iñigo y con Imanol González Gete al Cross de Irun, estábamos pendientes del desarrollo del Maratón de Valencia. Vimos como se quedaban atrás Cheptegei y Bekele, pero no teníamos noticias de los nuestros: Gonzalo Fuentes, Jose Gómez de Arriba, Alexander Oiarbide, Endika Donnay, Elena Silvestre... y un atleta por quien los tres tenemos una especial simpatía: Pablo Salaverría


Este menudo atleta donostiarra, nacido el 21 de marzo de 1994, estudió Veterinaria en la Universidad de Zaragoza. Allí se federó con el Hinaco Monzón, club al que sigue fiel, aun después de trabajar e instalarse en Barcelona. El domingo corrió con la camiseta roja.

Esta sería su carta de presentación:






Y los dos últimos años, 2021 y 2022, ganó la San Silvestre Donostiarra.

Con estos antecedentes, Iñigo, Imanol y yo apostábamos por una marca por debajo de 2h:15' en su debut. Sabíamos que llegaba bien a la cita y confiábamos en él. Como dice Imanol, es un tipo con la cabeza muy bien amueblada.

A la vuelta de Irun, sin noticas, busqué a la tarde en la web del Maratón de Valencia los resultados y me encontré con un tiempo de 2:45:25. ¿Qué había pasado? Como suelo decir: hechos y datos.

Los primeros datos nos los proporciona la web, con el detalle de los pasos cada 5 kilómetros y por el ecuador de la carrera:









Hasta el kilómetro 15, los datos con consistentes. Apuntan a una marca por debajo de 2:15.

Pero en el parcial del kilómetro 15 al 20 salta la primera alarma. El ritmo se ralentiza notablemente y el paso por el medio maratón (1:09:17) confirma esa alarma.

En la segunda mitad, el ritmo sigue cayendo y hay parciales alarmantes. Es obvio que algo ha tenido que pasar. 

En todo caso, Pablo termina la carrera en 2:45:25, más de media hora por encima de su objetivo teórico.

¿Qué pasó? 

Me he puesto en contacto con él y así lo cuenta:

La preparación de maratón empezó en julio y agosto con entrenos de rodajes y algunos cambios como base aeróbica para la preparación específica que hicimos de 13 semanas.

Con un inicio de la específica un poco peor de lo esperado al contagiarme de COVID y estar más cansado de lo normal, el resto de la preparación ha sido perfecta. De media habrán salido algo más de 140 kms semanales con algunas de máximo 160 kms, realizados en 9 sesiones.

Todos los entrenamientos salieron según lo previsto, incluso algunos mejor de la esperado, lo cuál nos hizo plantear la carrera a un ritmo previsto de 3’10.

Paralelamente, mi mujer estaba embarazada, con una fecha prevista de parto el 8/01/24. La maratón era el 3/12/23 con lo que faltaba mas de un mes.


El viernes 1/12/23 llegamos y nos instalamos en un apartamento en Valencia con mi entrenador Phondy, y todo iba según lo previsto, con el objetivo de estar el sábado en el apartamento todo el día descansando y mentalizándome para el maratón.

Pero el sábado 2/12/23 a las 06:00 nos despertamos con dudas de si habría roto aguas. Para descartar cualquier incidencia nos fuimos directos a urgencias. Tras las pruebas y exploraciones, de manera totalmente inesperada, nos dicen que está de parto y que iba a dar a luz ese día en el hospital.

Todo salió perfectamente, pero el día fue muy estresante y apenas comí nada del mal cuerpo y los nervios. Como estaban bien y estaba su madre para acompañarla esa noche, decidimos intentarlo el domingo, aunque yo sabía que iba a ser imposible porque me encontraba fatal.

El domingo no me desperté mal del todo, y fuimos mentalizados a por ello. Me metí en el grupo principal de chicas a un ritmo de 3’12, que en teoría debería haber ido cómodo, pero ya en el 10 me di cuenta que era imposible aguantar a ese ritmo. Estaba muerto, pero aguanté hasta el 15.

En otro momento y en otras circunstancias, me hubiera parado ahí y hubiéramos ido a otro maratón, pero dadas mis recién estrenadas circunstancias -acababa de ser padre- que me harán estar un tiempo parado, decidí ponerme a trotar suave y acabarla, pero no me esperaba el calvario que tuve que pasar.

Una parada en el baño, vomitar unas cuantas veces, caminar, volver a correr, volver a parar... Es evidente que el día anterior, el estrés, las emociones, la falta de alimentación, hidratación y descanso me dejaron destrozado.

Ahora toca un tiempo de adaptación y poco a poco ir haciendome a la nueva situación, con el objetivo de retomar los entrenamientos lo antes posible.

De acuerdo con lo que nos cuenta Pablo y con su estrategia de ir en el grupo de las primeras mujeres, parece que, en condiciones normales, corriendo a 3:12/km, ritmo que podía ser hasta cómodo para él, hubiera bajado de 2h:15'.

Pero las condiciones y las circunstancias fueron excepcionales.

Solo una vez en la vida se estrena la paternidad. Y estoy seguro de que a Pablo le quedan muchas carreras y muchos maratones en sus pies, en su corazón y en su cabeza. 

Esa cabeza tan bien amueblada le hará priorizar y poner el foco en lo verdaderamente importante

ZORIONAK!!!! 

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